El domingo 6 de noviembre el compañero Fidel Paz enfrentó la dudosa “muerte súbita” (según los médicos). Y es que, ante los estériles llamados de emergencia, fue evidente la precariedad de los servicios de salud, largamente denunciada por el mismo compañero Fidel.

 

A los 50 años y con más de 30 dedicados a la militancia del PO, fue uno de los fundadores y constructores del PO en la regional San Martín. Desde muy joven y con la orientación de los profes Caña, Mara y César, abrazó la causa de la revolución social y el gobierno de los trabajadores.Estudiante aplicado e insertado en el mundo del trabajo, desarrolló su primera experiencia laboral en YPF, en el sector de perforación. La “revolución productiva” de Menem de los ’90 se llevó puesto a más 4.000 trabajadores en la zona, entre ellos a Fidel (él seguía peleándola por el pago de las acciones del Programa de Propiedad Participada). Luego vinieron los piquetes, los cortes y las tremendas manifestaciones en la zona. El compañero, con la prensa en mano, intentaba despertar la conciencia de los laburantes casi en forma “persecutoria”. Paciente, disciplinado, pero sin conceder absolutamente nada, discutía la verdadera salida de los explotados. Se insertó en la docencia luego de estudiar el profesorado de Educación Física y con ello se fortalecía Tribuna Docente.

 

Fue candidato en las elecciones partidarias, sindicales y de Junta. Acompañó a la bancada obrera de Mosconi, ganada en tres oportunidades. Tenía la responsabilidad de la prensa, de las finanzas y de los informe políticos. Era miembro del Comité Departamental y, lógicamente, encabezaba el listado de quienes viajarán a Atlanta y al Plenario Organizativo de diciembre.

 

Fidel, compañero, carajo que nos deja un gran vacío, pero también una misión resumida en algunas de las conclusiones políticas de tu último informe “Hay una crisis de poder que la burguesía no puede cerrar, de allí la importancia de la intervención de los propios trabajadores y del FIT como alternativa de gobierno”.

 

Fidel, compañero, es difícil no imaginarte por las calle de este pueblo visitando compañeros, simpatizantes y amigos con la idea fija de transmitir ese optimismo de alguien convencido de que hay una salida. Fidel, la pucha que ya te extrañamos. De allí, el acompañamiento a tu familia de una gran cantidad de vecinos, amigos, estudiantes, compañeros de trabajo y la militancia del PO.

 

Un abrazo especial a su compañera de siempre, Marta, a sus hermanos Archi, Favio y al cumpa Mauricio, su hijo.

 

No pensábamos decirlo tan pronto: ¡hasta la victoria siempre!