La situación política en Santa Cruz se caracteriza por dos procesos significativos: de un lado, la progresiva disolución del radicalismo, cuyos dirigentes van siendo progresivamente fagocitados por la camarilla kirchnerista, y, del otro lado, la persistente resistencia popular, con centro en el norte provincial, de los desocupados, de los petroleros, y de otros gremios.

La lucha que viene de abajo y que en varias oportunidades ha pasado por encima de los dirigentes, significa una colosal experiencia política para las masas que participan en ella. El FUT-PO desempeña su propio papel en esas protestas.

La ‘interna’ del poder se ha potenciado con la lucha popular. Fracciones enteras de la dirigencia del PJ-FPV están promoviendo el corte de boleta.

En un escenario que podía aparecer riesgoso en principio para el gobierno, y que lo precipitó a candidatear a la hermana del Presidente, el radicalismo (candidato “natural” para capitalizar el descontento) se desdibuja cada día más y no tiene campaña. La elección interna abierta de la UCR se definió con votos peronistas, en un operativo que casi hace estallar a la UCR y que la ha dejado en el más completo desconcierto. En las bases radicales existe una gran indignación frente a esta connivencia y lo mismo ocurre con los votantes “independientes” y “progresistas”.

Solamente se eligen diputados y senadores nacionales. Se presentan cuatro listas, que se completan con el PS, que participó con la boleta de Acevedo gobernador en 2003 y cuyo presidente es funcionario del gobierno provincial. El FUT-PO es muy conocido en las principales ciudades y aparece como una opción para los trabajadores en lucha y para amplias capas de trabajadores decepcionados con el gobierno.

La conclusión de esta combinación de factores es que se nos vuelve a presentar una gran oportunidad.

Miguel Del Plá