Partido

5/4/2007|986

Se fue un luchador


Silencioso, tranquilo y observador… pero atento y solidario con los demás. Así fue en vida, Néstor Vaginay.


 


Conocí al niño Néstor en la escuela de la “Colonia D” hace veinte años, hijo de un obrero de El Tabacal. Yo, muy joven, igualmente hijo de un obrero de la misma empresa, fui su maestro.


 


Muchos años después, inmediatamente después del estallido del argentinazo, junto a un grupo de desocupados cortamos la ruta por trabajo y sufrimos la represión policial de Romero. Desde entonces, junto al Polo y el Partido Obrero, visitamos barrios, organizamos comedores y movilizaciones, cortes, reclamos barriales. Por su personalidad era querido por sus compañeros. En su humilde barrio (Asentamiento San José) plantó las banderas del Partido Obrero.


 


Era así de activo e inquieto, hasta que la enfermedad lo fue postrando poco a poco. En una silla de ruedas, luego, su vida se fue consumiendo. Hasta que el martes 27 de marzo, casi a media noche, nos avisaron que Néstor Vaginay dejó este mundo. Eligió su partida cuando sus compañeros estábamos juntos llevando adelante la lucha docente, de pequeños comerciantes, mercadistas y barriales, quizá como un llamado de atención, para decirnos que también él estaba en esa y en todas las luchas sociales, como lo hizo en vida.


 


Nació en la pobreza, vivió luchando para sobrevivir. Se fue en un pobre ataúd que la Municipalidad donó y que no tenía ni lustre, ni un mínimo de respeto…


 


Ahora espera por la revolución socialista desde otro lugar. Silencioso, tranquilo y observador…