Todos les venden armas a todos

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LAS VENTAS DE ZAPATERO A CHAVEZ
Con la presencia del ministro de Defensa de España, José Bono, se firmó en Caracas el contrato de venta de aviones y barcos militares españoles a Venezuela.
Aunque la operación había sido objetada por los Estados Unidos, España, con el respaldo de la Unión Europea, siguió adelante con la venta. Bono viajó también desde Caracas a Bogotá para ofrecerle a Uribe un contrato de venta de material militar “en las condiciones financieras más favorables”, que incluye la entrega gratuita de cuatro helicópteros (El País, 30/11).
La venta desató una pequeña tormenta política en España. El Partido Popular dijo que varios contratos armamentistas con Estados Unidos estarían en peligro por el acuerdo con Chávez. Nadie cree que esto ocurra. “Los expertos consultados no creen que la administración Bush tome represalias comerciales; entre otras razones porque las compañías estadounidenses aliadas con las españolas no se lo permitirán” (El País, 2/12).
La industria armamentista española “entra” en Estados Unidos como subcontratista de los pulpos norteamericanos. “El contrato de la Guardia Costera (norteamericana) no es de Casa-EADS (la aeronáutica estatal española) sino de la Lockheed Martin, que incluyó en su oferta al avión CN-235 de fabricación española (...) En el programa más candente (el de la provisión de un avión de carga para el ejército de tierra), los competidores son ambos estadounidenses, Raytheon y Lockheed Martin; el primero presenta dos modelos españoles y el segundo uno italiano” (ídem).
Lo que está en disputa es un mercado de armas, el de América Latina, que va más allá de Venezuela. Por esa disputa, el propio gobierno norteamericano resolvió continuar proveyendo los repuestos para los F-16 de la aviación venezolana. Los F-16 de Venezuela, de veinte años de antigüedad, son la primera versión del avión. “Excepto por su aspecto exterior, tienen poco en común con los más modernos F-16C de la fuerza aérea norteamericana y no representarían ningún obstáculo significativo para los Estados Unidos si Washington eligiera usar la opción militar contra Chávez” (Stratfor, 16/11). Ni qué decir que el material español tampoco lo representaría.
A pesar de los choques entre Bush y Chávez, Estados Unidos decidió cumplir su contrato con Venezuela por su “deseo de asegurarse contratos militares” en América Latina: Brasil está negociando la compra de Mirage franceses; Colombia y Argentina están buscando nuevos equipos militares. “Manteniendo su contrato con Caracas, Washington no desalienta a otros potenciales compradores de armas norteamericanas ante el temor de que no se les suministrarán repuestos en caso de que se deterioren las relaciones políticas entre el comprador y el vendedor” (ídem).
Estos son los términos de la cuestión de la ‘venta de armas’ de Zapatero a Chávez.