“Hace diez años un cuerpo de delegados planteaba que estábamos frente a una tendencia internacional imparable, que era la globalización y, junto con eso, la flexibilización laboral y las tercerizaciones. Producto de esa política, aquel cuerpo de delegados se fue adaptando y eso trajo como consecuencia que esa tendencia se instalara y se produjera el despido de unos 3.000 trabajadores.

”Pero un pequeño grupo de compañeros, que tratábamos de protegernos de esa tendencia que cobraba carne en los subterráneos, y en contraposición de esa tendencia centroizquierdista que provenía de grupos morenistas que decían que por las nuevas tecnologías había que desensillar hasta que vinieran buenos tiempos; nosotros, decía, empezamos a decir que no y produjimos las primeras resistencias contra las tercerizaciones. Resistimos eso y empezamos a discutir también la elaboración de un programa de reivindicaciones obreras, y pusimos en pie una agrupación.

”Por supuesto, esa agrupación tenía el cuño y el fundamento de una agrupación formada por el Partido Obrero, y esa agrupación se fue desarrollando y dimos todas las batallas que había que dar.

”Luchamos contra las tercerizaciones, luchamos contra los despidos, y allá por el año ’97 logramos el control del lugar de trabajo, impedimos los despidos (…) y empezamos a pasar progresivamente de la defensiva a la ofensiva y fuimos contra el espinazo de la flexibilización laboral que aquella centroizquierda decía que no se podía parar. Así conseguimos la reducción de la jornada laboral histórica del subterráneo a seis horas.

”(…) En función de reuniones de nuestra agrupación y de una caracterización política y de un método después de 2001, pudimos ver que estábamos frente a una situación política que nos abría una perspectiva. Los trabajadores lo advirtieron y dijeron: ‘vamos, es nuestra oportunidad’. Ahí se produjo una combinación entre la acción revolucionaria parlamentaria del Partido Obrero y la acción de los trabajadores en sus lugares de trabajo (…).”