TUCUMAN | Alperovich privatiza la seguridad... con el Mossad

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Desde que asumió su primer mandato, Alperovich diseñó un plan para colocar a las fuerzas de seguridad de la provincia bajo la batuta de la inteligencia israelí. Mediante el "decreto 344/l del 14 de noviembre de 2003, el gobierno firmó un convenio con la SIA para brindar servicios de seguridad e inteligencia en el despacho del gobernador (habría sido que hizo la "limpieza" de presuntos micrófonos ocultos en la Casa de Gobierno), como así también en la sede de la representación oficial de la provincia en la ciudad de Buenos Aires (El Periódico, 17/11/07). La israelí SIA opera también en Colombia, donde entrena paramilitares.
Ya existía un antecedente: en mayo de 2003, bajo el gobierno de Miranda, por gestión del entonces senador Alperovich se contrató a esa misma agencia para que entrenara al grupo de operaciones especiales conocido como "Grupo Cero".
"La firma SIA, Security and Intelligence Addvising, con domicilio en Avenida General Indalecio Chenaut Nº 1793, ciudad de Buenos Aires, (es) una organización paramilitar internacional conformada por agentes del Mossad, el servicio secreto del Estado de Israel, según la propia organización declama en su página web. La SIA tiene filial en Buenos Aires y en varios otros países del mundo entre los que se cuentan Chile, Uruguay, Brasil, México y Colombia" (ídem).
Tanto la Gendarmería como la Policía Federal tienen los medios técnicos para realizar una limpieza de micrófonos o para atender a la seguridad personal de los funcionarios. Pero con el pretexto de micrófonos, Alperovich introdujo a una agencia privada de inteligencia integrada por agentes del Mossad, con la finalidad de realizar espionaje político (y también de empresas que puedan competir con las pertenecientes a la camarilla gubernamental), infiltrar organizaciones, etc.
Este fue el primer paso de una política dirigida a colocar a las fuerzas de seguridad del Estado fuera del control estatal.
En aquel entonces, Alperovich nombró como ministro de Seguridad al ex militar bussista Pablo Baillo, que tuvo que renunciar por el crimen de Paulina Lebbos, pero sigue revistando como "asesor" en este segundo mandato.
En todo ese período, fueron numerosas las denuncias de sindicatos, partidos y organizaciones sociales referidas a espionajes, seguimientos y otras provocaciones nunca esclarecidas.
Ahora, con la nueva gobernación, Alperovich ha dado una vuelta de tuerca en su política de integrar a la Mossad como director de orquesta de las fuerzas represivas provinciales. A fines de 2007 se informaba que "el ministro de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera, y el secretario del área, Eduardo Di Lella, se encuentran en Israel realizando cursos de perfeccionamiento y capacitación sobre la prevención del delito y el rol de las fuerzas de seguridad" (ídem).
Con el reciente desplazamiento del jefe del "Grupo Cero" y la reducción de sus miembros de 60 a 20, trascendió que se estaría planificando la creación de una nueva fuerza de operaciones especiales, cuyo "agentes (...) revistarán bajo las ordenes directas de la empresa de seguridad" (ídem).
Representantes de diversas organizaciones sionistas ocupan cargos prominentes en el gabinete y en los municipios de la provincia. Estos son la cobertura política de la infiltración del Mossad en el aparato del Estado provincial. Si se tiene presente que el Mossad es la cabeza de las principales operaciones criminales en Medio Oriente, queda perfectamente claro que el gobierno de Alperovich - pero también el de los Kirchner, a quienes no se les pueden pasar por alto estos hechos- son los principales responsables de la inseguridad ciudadana y de las violaciones a la libertades democráticas, como lo demuestran las crecientes y cada vez más violentas provocaciones represivas con las luchas populares.