Partido

26/7/2007|1002

Universidad de Buenos Aires: Una Asamblea aún más reaccionaria

La Asamblea Universitaria que se reunirá el próximo 6 de agosto es una asamblea reaccionaria tanto por su composición como por sus fines. Tiene en su agenda reformar el estatuto de la UBA, o sea que se niega a que esto lo haga una Asamblea democrática elegida sobre la base de “un universitario (docente, estudiante o no docente), un voto”.

Puesta en escena

Las camarillas ya han anticipado, sin embargo, que tampoco piensan llevar adelante una reforma de los estatutos. El actual secretario general de la UBA, un dirigente de Franja Morada de Derecho, declaró que “la mayoría de la UBA opina que el actual Estatuto está bien” (Clarín, 21/7).

El bloque de los decanos autodenominados ‘progresistas’ no se diferencian tampoco en esto de sus pares shuberofistas. El decano de Exactas señaló que “yo no vi a la gente terriblemente movilizada atrás de la reforma… el Estatuto es bueno, es progresista…” (ídem). Al decano ‘progre’ parece no importarle que este Estatuto le entregue el poder de la UBA a las camarillas profesorales y a las corporaciones capitalistas.

En este cuadro, la Asamblea Universitaria será una puesta en escena de las camarillas.

Mucho cuidado

Mientras las camarillas hacen como si fueran a reformar el gobierno universitario para no cambiar nada, podrían incorporar ciertas modificaciones que harán más reaccionario el Estatuto actual. El decano de Exactas dice que el Estatuto es progresista pero que tiene “50 años y la realidad de la UBA cambió”. ¿A qué cambios se refiere? Básicamente a dos: el crecimiento imparable de la privatización bajo la forma de la búsqueda de recursos propios, pasantías, posgrados; y la masividad que alcanzó la cursada de grado en la UBA.

Sobre estos dos puntos hay proyectos que buscan a permitir que la recaudación de fondos privados sea llevada adelante no sólo por la Universidad sino también por los departamentos o cátedras. Es un reclamo central de las camarillas, para armar sus propios negocios. Se trata de un proceso que ya está en marcha en la práctica. Sería un fuerte impulso a la privatización que produciría, a su turno, una enorme desigualdad al interior de la Universidad. Las cátedras o departamentos que suscriban convenios tendrán salarios diferenciados del resto, lo mismo que equipamiento técnico. El resto se las deberá arreglar como pueda. Las camarillas proponen establecer un artículo que habilite al rector a “ajustar” el presupuesto de la UBA en función del dinero que gire el gobierno nacional.

Sobre el otro tema clave, el del ingreso, los proyectos presentados apuntan a crear un ciclo inicial que carezca de conexión con las carreras de grado a las que se anotan los estudiantes. Este ciclo será un depósito de decenas de miles de estudiantes a los que, como mucho, se les ofrecerá la zanahoria de un título intermedio de dudoso valor. Es de alguna manera lo que ya sucede con el CBC.

Otra vez, patear el tablero

Debemos poner de manifiesto la naturaleza doblemente reaccionaria de la Asamblea Universitaria próxima. Debemos oponer a esta Asamblea los reclamos fundamentales de la Fuba; que los docentes ad-honorem cobren el salario que les corresponde; que los posgrados sean gratuitos; que los salarios de los funcionarios no superen a los que reciben los docentes en actividad; que se satisfagan de inmediato los reclamos de los trabajadores del Hospital de Clínicas, que vienen luchando desde hace meses contra el vaciamiento.

Junto con esto del 6 denunciamos que la Asamblea no modificará el régimen antidemocrático de gobierno y que es necesario convocar a una nueva Asamblea sobre bases realmente democráticas, para que sean los estudiantes y trabajadores de la UBA quienes decidan cómo se organiza la Universidad para enfrentar la ofensiva capitalista en curso.

Con esta perspectiva llamamos a movilizarnos el próximo 6 de agosto contra la Asamblea Universitaria reaccionaria.

Gabriel Solano