Partido

24/8/2006|960

XVI Congreso: Comisión de Política Nacional

"Un sentido estratégico a nuestro trabajo y lucha cotidianos"


La calidad política del debate de esta Comisión puede observarse en el hecho siguiente: del conjunto de los casi cien compañeros que la integraron hubo 37 intervenciones en la primera ronda del debate y 18 más en la segunda. Esto es, un total de 55 contribuciones al debate, que por momentos fue fuerte, sin perder jamás el respeto debido entre camaradas. Pero allí discutían militantes apasionados por la política, por la enorme tarea de construir el partido. En definitiva, mujeres y hombres que piensan con su propia cabeza y constituyen por eso mismo un conjunto vital. Estábamos en el Congreso lleno de vida de un partido vivo, en desenvolvimiento pleno.


Ese debate duro, franco, es garantía de la unidad partidaria, tan consolidada en estos tres días extenuantes.


Allí se habló de la lucha salarial recrudecida especialmente desde 2004, del carácter capitalista y las contradicciones de la “reactivación”, producto a su modo de la movilización popular e impulsora, a su pesar, de esa misma lucha.


Se trató el problema del trabajo de nuestro partido en el Parlamento, del significado que tiene para nosotros el combate en ese frente, de la necesidad de transformar los municipios en bastiones partidarios, de las crisis provinciales, de la educación, de la cuestión de género, de la lucha de los pueblos originarios y de los campesinos en general por el pan y por la tierra.


No estuvo ausente la tragedia cotidiana del “gatillo fácil” y de la inseguridad, que tiene su primera causa en la descomposición terminal de la institución policial, producto extremo y sangriento de la descomposición del propio Estado. Tampoco se evitaron asuntos como la degradación ambiental por la voracidad capitalista, el trabajo en la juventud, nuestra imperiosa necesidad de formar cuadros políticos para que cumplan su papel de tribunos populares.


Otros compañeros exigieron que el Comité Nacional entrante explique más aún los mecanismos de la “reactivación”, para hacer frente en mejores condiciones a los debates que deben dar a diario en sus distritos.


Seguramente, la resolución aprobada fue capaz, redactada en medio de las sesiones y entre pilas de propuestas de enmiendas, correcciones y añadidos, de lograr lo que se proponía: señalar los ejes centrales de la intervención práctica del partido en la etapa abierta.


El lema con que salimos de ese congreso fue: Por una dirección estratégica, o sea de poder, a nuestro trabajo y a nuestra lucha cotidianos.