Diego ingresó al Ceamse el 15 de marzo a “metalear”, porque le faltaba una parte del dinero para comprar un par de zapatillas; nunca más se lo vio.

Con la consigna “Con vida entró al Ceamse, con vida lo queremos”, distintas organizaciones piqueteras realizamos cuatro medidas de fuerza que cortaron el Camino del Buen Ayre, bloqueando la entrada de treinta camiones de basura. También nos hicimos presentes en la multitudinaria marcha convocada por Juan Carlos Blumberg.

Exigimos la inmediata aparición con vida de Diego. En este sentido polemizamos con el artículo de PO Nº 844, que exige la aparición del cuerpo.

La Justicia caratuló la causa como “presunta muerte en ocasión de accidente”. Sin embargo, se trata de la misma Justicia que durante casi doce días ordenó la búsqueda a la Comisaría 5ª de Billinghurst, que “casualmente” hace los servicios adicionales en el Ceamse y que había detectado a Diego y a su hermano el día de la desaparición.

Conocemos el maltrato al que son sometidos aquellos niños, jóvenes, adultos o ancianos capturados en el Ceamse: golpes, fracturas y balazos.

El Partido Obrero impulsa, a partir de las asambleas que se vienen realizando por la aparición de Diego, la convocatoria a una asamblea popular que tome los reclamos de todo estos barrios de la zona más densamente poblada de San Martín, sumergida en la miseria, la desocupación, la desnutrición, la contaminación y la violencia.

La desaparición de Diego es responsabilidad del Ceamse, de la Bonaerense y del gobernador Solá.