Los medios de comunicación, ya sean escritos, radiales o te­levisivos, han dado gran difusión al tema de la seguridad. Pero el caso de la familia Barreto no tu­vo ninguna difusión en la prensa. De origen humilde, esta familia luchó durante cuatros años y me­dio por el juicio y castigo del ase­sino de hija, Gisela, de tan sólo 12 años. Logró una condena de doce años de prisión, por homicidio simple, para el cabo de la Bonae­rense Francisco Talavera. Alber­to Barreto, a la salida de los Tri­bunales de San Martín, al finali­zar el juicio, agradeció “a todos los que estuvieron apoyando todo este tiempo” y en particular al movimiento piquetero, y dijo: “Yo me voy de acá a festejar, al acam­pe de Plaza de Mayo, con los pi­queteros, e invito a todos los quie­ran venir con nosotros”. Esta vic­toria en la lucha contra el gatillo fácil es fruto de la conciencia de­sarrollada por esta familia y su vinculación al movimiento pique­tero, a través del Polo Obrero, a partir del asesinato de Gisela; por ende, es una victoria del mo­vimiento piquetero y sus métodos de lucha.

El compañero Barreto habló en el acto de cierre del acampe. En esos momentos, en que todo el país hablaba de seguridad, los únicos que tenían una victoria arrancada a fuerza de moviliza­ción y lucha estaban en el acam­pe piquetero; todo un norte para las familias víctimas del gatillo fácil.

Desde la Comisión de Dere­chos Humanos de la ANT le deci­mos a la familia Barreto que nos sentimos orgullosos de que sean parte de esta Comisión; han lo­grado el castigo al culpable del asesinato de su hija, sin plegarse a las maniobras de cooptación del Estado; han enfrentado a Ruckauf, Rico, Curto y a toda la red de impunidad, desde la Bonae­rense a los funcionarios judiciales, con los métodos piqueteros.

¡Por un encuentro provincial de derechos humanos!

Hasta esclarecer la verdad, y llevar a la cár­cel a los ejecutores y autores ideológicos de esta masacre.

-Que se disuelvan las fuerzas represivas y los ‘servicios’ que complotan contra el pueblo trabajador.