Justicia para Miguel

El domingo 26 de octubre, aproximadamente a las 22 horas, en un tiroteo nocturno, Miguel Angel Robles, un joven de 20 años, hijo de la compañera Lucía Zambrano, del Polo Obrero regional, recibió un disparo en la médula que lo mantiene con el cuerpo paralizado de la cintura hacia abajo. Miguel transitaba casualmente por el lugar sin saber que minutos antes se había desarrollado un tiroteo y que sus protagonistas estaban a la espera de nuevos movimientos para reiniciar las agresiones.


Todo el barrio se encuentra conmovido por esta tragedia anunciada, ya que los presuntos participantes del tiroteo habrían sido un elemento indeseable del barrio, de un lado y una barra de pistoleros, entre los que se encontraría un policía, del otro, que se adjudican ser la “seguridad” de la cuadra.


Este hecho lamentable originó que se empezaran a juntar vecinos en una esquina, a la manera de una asamblea barrial, para tratar el problema de Miguel y su famila, y el futuro de la seguridad del barrio, teniendo en cuenta que en la noche los disparos ya son tan habituales como las estrellas.


Con los reproches mutuos por las actitudes individuales tomadas por cada vecino en oportunidades anteriores, con la confusión introducida por quienes consideraban que de lo que se trataba era de alinearse con alguno de los bandos enfrentados en la balacera, con algún que otro prejuicio hacia quienes somos los piqueteros del barrio, pero con una fuerte carga de solidaridad por la situación de Miguel y su familia, que motivó una colecta para pagar los aranceles para iniciar la demanda; de a poco, fue abriéndose paso la discusión de cómo organizar, entre todos los vecinos, un sistema de vigilancia y alarma frente a casos de robos o agresiones.


Luego de varias reuniones, ya una treintena de vecinos acordaron realizar una red de teléfonos para comunicarse entre sí de inmediato frente a cualquier sospecha y salir todos a la calle y reclamar luminaria y condiciones de seguridad a la Intendencia. Fue planteada la posibilidad de realizar una actividad de recolección de fondos para financiar un sistema inalámbrico de alarma para todos los vecinos. Los jóvenes del barrio preparan un festival para juntar fondos para ayudar a la familia de Miguel a afrontar los costos de su tratamiento. Se analizó la posibilidad de que una comisión de vecinos concurra al juzgado donde tramita la causa para entrevistarse con el fiscal y reclamarle el impulso de la causa por la justicia para Miguel.


La unidad, solidaridad y organización de los vecinos le está ganando la partida a las propuestas iniciales de contratar seguridad privada y delegar el problema a la Bonaerense corrupta, secuestradora y del gatillo fácil.