Los familiares se ven en la lucha

Con rigurosa puntualidad, entre las 18 y 18:30 horas, una nutrida concurrencia se concentró el 30 de diciembre en Ugarte y Panamericana, para la marcha que mes a mes se realiza en la zona norte por diferentes casos de gatillo fácil e impunidad.


Motorizada por la "Comisión de familiares, trabajadores y jóvenes víctimas del gatillo fácil y la impunidad" de la zona norte la marcha recorrió las 25 cuadras que separan la salida y hasta el portón de Maipú de la quinta presidencial en Olivos, "la ruta del cacerolazo", donde se nutrió de manifestantes, adhesiones a los cánticos y aplausos, en particular, en el último tramo sobre Ugarte, en el que empleados, paseantes y comerciantes aplaudieron el paso de la combativa marcha.


Acto en la Quinta… de Olivos


Unas cuatrocientas personas participaron del cierre de la caravana, donde, uno a uno, los familiares intervinientes (de Gisella, del Boli, las Madres de Dolor de Garín, Torcuato, Bancalari), denunciaron los más de 1.600 casos de gatillo fácil desde el ’83. Esta dolorosa cifra se concentró en los últimos cuatro años, como lo probaron las denuncias de familiares de Gustavo Luna, de Maxi Silva de Lanús, o del periodista tucumano Eduardo Coronel, todos fusilados, lo que muestra una política genocida de conjunto no limitada a una localidad. Los planteos de Angélica, una de las madres de los chicos masacrados en Floresta, ligaron el accionar represivo a la impunidad jurídica (incluida la revisión de sentencias) lograda mediante poderosos recursos.


El Polo Obrero intervino en el acto aprobando la valiente actitud de Vanina Kosteki, que un día antes se había entrevistado con Solá para exigirle que cesen las intimidaciones y llamando a la campaña para que el 25 de enero, junto a fam iliares, trabajadores y jóvenes, no olvidemos al reportero gráfico José Luis Cabezas, que puede volver a ser asesinado con la revisión de la sentencia a los imputados en la causa.