“Luchamos por la justicia, para que nos respeten, para que se termine el autoritarismo y para que se vayan todas estas ratas que nos han chupado la sangre”

El discurso del padre de Maxi Tasca fue el punto culminante de la marcha. No sólo por su sistemática denuncia del gatillo fácil policial sino también por el contrapunto que se entabló entre el orador y la concurrencia, que respaldó sus palabras con agudas

“Esta semana, volvimos a tener episodios como los del 19 y 20 de diciembre, como los del 29 de diciembre. Pero lo más terrible de todo esto es que todos estos episodios fueron provocados por la misma gente, que se identifica con un uniforme de policía. Pregunto: ¿qué les vamos a decir a nuestros hijos de ese uniforme, cuando la lógica indica que están para cuidarnos, para eso se les paga?


“Pero yo saqué una conclusión y esto es muy personal: realmente, lo que pasó el miércoles fue provocado por esta manga de hijos de mil puta. (Aplausos y gritos de ‘hijos de puta’.)


“En el caso de la muerte de nuestros hijos, dijeron que era un policía retirado, lo que no es verdad porque usaba uniforme. Pero en este caso, es uno que está en actividad, y lo digo por vos Franchiotti, que sos comisario. ¿Qué me van a decir ahora? (La concurrencia canta: ‘¡Atención, atención, no es un policía, es toda la institución!’).


“Les voy a decir algo: que tengan mucho cuidado porque sangre con sangre se paga. Y aclaro que a mí no me gusta la violencia, pero ellos la están provocando. Porque a toda esta gente que llamamos piqueteros y de los cuales estoy orgulloso, sin ninguna duda, son los que van a sacar adelante este país y los que van a echar a todas estas ratas que nos están gobernando. (‘¡Piqueteros, carajo! ¡Piqueteros, carajo!’)


“Me quiero solidarizar con las familias que perdieron a sus hijos el miércoles y con las de todos los que han muerto antes. Porque no me voy cansar de decir que sólo un padre puede saber lo que es perder un hijo. Es perder parte de la vida nuestra. Pero así como perdemos parte, estamos dispuestos a dar la otra parte que nos queda para luchar contra la impunidad. (Aplausos.)


“Me pregunté muchas veces: ¿por qué a mí? Y me dije: ¿por qué a otro? ¿Por qué no a ustedes? A cualquiera le puede pasar. Hoy nos tocó a nosotros, les tocó a los papás de Darío, de Maximiliano, de Tonchi, de todos esos jóvenes. Mi hijo, lo quiero aclarar, estuvo prendiendo gomas el 29 de diciembre. Y lo digo con gran orgullo, porque el quería cambiar este país. (Aplausos.)


“Voy a terminar. Estoy feliz. Suena raro decir que estoy feliz y a la vez estoy muy triste. Pero estoy feliz porque realmente hoy se superaron todas las expectativas de esta gente que vino, de todo este pueblo, de todos estos hermanos porque somos todos pobres ahora. Realmente, les agradezco a todos los que vinieron, a los piqueteros, a las asambleas vecinales, a los partidos políticos que también están, a los motoqueros. (Aplausos.)


“Hoy luchamos todos por la misma causa. Por la justicia, para que nos respeten, para que se termine el autoritarismo, y para que se vayan todas estas ratas que nos han chupado la sangre. Pero se terminó. (Aplausos.)


“Quiero agradecerles a los amigos de nuestros hijos, a nuestros vecinos, a nuestros amigos, y a todos ustedes. No aflojen. Luchemos. Que no sea en vano la muerte de nuestros hijos. Que no nos olvidemos. Esta es una historia nueva y la van a cambiar ellos. Gracias.” (Aplausos y cantos: “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”)