Muzzio en libertad; los pibes condenados

El 19 de junio se cumplieron diez años de la “masacre de Dock Sud”, crimen que —junto con el de Budge— inició la seguidilla de casos de ‘gatillo fácil’ en la provincia de Buenos Aires. El aniversario coincidió con el sobreseimiento del ex oficial de la policía bonaerense Héctor Muzzio, cuya participación en el crimen fue largamente comprobada.


‘Gatillo fácil’ y torturas


Moncho García, Ramón Ortiz y Raúl Giménez fueron ‘levantados’ en el centro del Docke y aparecieron acribillados a la mañana siguiente. Los testimonios y las evidencias recogidas demostraron la culpabilidad de Muzzio. Después del crimen, Muzzio fue trasladado a la zona Norte de la provincia de Buenos Aires. Dos años después, en su nuevo ‘destino’, protagonizó un vejamen contra un detenido en una comisaría de Munro, iniciándose una causa (aún abierta) por privación ilegítima de la libertad y apremios ilegales.


Muzzio permaneció ocho años prófugo, hasta ser detenido, en 1996, en un arsenal de la llamada “ORP” en Avellaneda (ahora prestando ‘servicios’ como provocador profesional). Poco tiempo después, se le dictó prisión preventiva por la causa de Dock Sud.


“Vagos sin empleo fijo”


En setiembre del año pasado, Muzzio le dirigió una carta al juez Llermanos, donde declara haber sido “formado con amor y cuidado por mis padres, no así los tres jóvenes que resultaron víctimas”. Muzzio reclama, en definitiva, que se tome nota de las ‘diferencias de cuna’, es decir, sociales, entre víctimas y victimario. Esa misma tesis es llevada hasta el final por su abogado, en un alegato donde califica a los chicos del Docke de este modo: Ortiz “no tenía trabajo fijo”, jugando al fútbol”sin percibir dinero alguno”; “García no tenía trabajo fijo y realizaba changas cuando se le presentaban”. El defensor de Muzzio desnuda, de este modo, toda la lógica de los casos de ‘gatillo fácil’: el régimen social impotente para asegurar posibilidades de trabajo o de estudio, no tiene para la juventud otra respuesta que la represión abierta. En base a este alegato, el fiscal declinó formular cargos contra Muzzio y el ex juez Llermanos decretó su sobreseimiento provisional.


Hace 10 años, los chicos del Docke fueron fusilados sumariamente. Ahora, la ‘justicia’ no solamente ha liberado al asesino, sino que se ha encargado de fundamentar los móviles de la ejecución: eran desocupados, o subocupados. Como los pibes que protagonizan los fogonazos de Neuquén o Salta. Para éstos, la orden judicial precedió a la gendarmería. Para Giménez, García y Ortiz, los tiros vinieron primero: la autorización judicial para disparar llegó diez años después.