Perpetua a Velaztiqui y a todos sus cómplices

El miércoles 5 se conocerá el fallo del juicio por la masacre de Floresta, el asesinato de Cristian Gómez, Maximiliano Tasca y Adrián Matasa a manos del policía Juan Velaztiqui en la madrugada del 29 de diciembre de 2001. Durante los cuatro días del juicio, un centenar de compañeros del barrio, de organizaciones sociales y políticas nos movilizamos a los tribunales de Lavalle y Libertad para reclamar la prisión perpetua para el asesino  Velaztiqui y el castigo de todos sus cómplices.


Los testigos (excepto los policiales) y los peritos pusieron a Velaztiqui contra las cuerdas. Detallaron cómo disparó a sangre fría y a quemarropa contra los pibes y cómo luego, “con tranquilidad”, armó la escenificación de un robo. Los peritos dejaron en claro que no hay ninguna evidencia de que Velaztiqui haya actuado en estado de “emoción violenta”, que no sufrió ningún ataque de hipoglucemia (como pretendían sus defensores) y que era plenamente concient e de sus actos. No hay argumentos para que se lo acuse de homicidio “simple”; fue un fusilamiento típico de los represores del gatillo fácil. Por eso los familiares de las víctimas reclaman que se lo condene a cadena perpetua.


El proceso contra Velaztiqui ha dejado al margen lo que constituyó una red organizada de encubrimiento que no pudo actuar sin la complicidad de la propia jefatura de la Federal e involucró al jefe de la regional 7ª, el comisario Juan Carlos Fernández, y al subcomisario Cartos Sixto junto al resto de la cúpula de la Comisaría 43ª, quienes, según lo denunciaran familiares y la Asamblea Popular de Floresta, “protegieron y encubrieron al asesino Velaztiqui destruyendo pruebas del fusilamiento de Maxi, Cristian y Adríán”(pronunciamiento de la Asamblea, 6/4). Los chicos de Floresta cayeron en los mismos días en que se producía la masacre organizada de Plaza de Mayo, otra operación de impunidad en marcha.


La condena a Velaztiqui es consecuencia de la incansable movilización del barrio de Floresta y de la rebelión popular que recorre la Argentina. Pero su condena aislada, aún a perpetua, dejaría a toda esta red impune. Velaztiqui apretó el gatillo pero la oficialidad desplegó, después del asesinato, todas las artimañas que suele utilizar la policía para encubrir a los asesinos del gatillo fácil. Velaztiqui y sus “camaradas” de la 43ª sacaron a los pibes asesinados a la calle y “armaron” la escena para simular un robo; les tiraron un cuchillo para presentarlos como agresores (y dejar así a Velaztiqui como actuando en defensa propia); durante varias horas, siguieron insistiendo con la historia del intento de robo (aún cuando los primeros testigos ya habían explicado que se había tratado de un fusilamiento). En los días siguientes, se llegó a apretar a testigos para que no declararan contra Velaztiqui. Aún hoy, en el juicio, las declaraciones de los policías de la 43ª “están llenas de omisiones y olvidos” para atenuar la condena al asesino de los pibes. Fueron estos mismos encubridores los que reprimieron salvajemente a los vecinos Floresta que se movilizaron para reclamar justicia para los pibes asesinados.


La gran pueblada que protagonizó Floresta ese fin de año del 2001 hundió el encubrimiento institucional de la oficialidad de la Comisaría 43ª y puso a Velaztiqui en el banquillo de los acusados. Pero los protagonistas de la pueblada tenían en claro que había muchos responsables del asesinato, no uno solo. Por eso, el grito más popular en las movilizaciones de Floresta fue: “Atención, atención, no es un policía, es toda la institución”.


Para terminar con el gatillo fácil hay que meter en cana a los Velaztiqui y a todos los responsables del asesintato de los pibes. No habiendo podido salvar a Velaztiqui, el régimen de los Duhalde y los Ibarra se ha empeñado en salvar a los encubridores porque los necesita para atacar al pueblo, como en el Padelai o en la represión a los piqueteros.


El Partido Obrero de Floresta llama a concentrar masivamente el miércoles 5 frente a Tribunales para asegurar la sentencia de perpetua para el asesino de los pibes y por el juicio y la perpetua para los encubridores de los asesinatos del 19 y 20 de diciembre.