Semana de lucha contra el aparato represivo

Los hechos indican que el gobierno “nacional y popular” de Kirchner y del FMI, de Duhalde, de Solá y sus intendentes, ha dado vía libre para que la Policía convierta el Conurbano en su “coto de caza”. Ellos garantizan la impunidad política y judicial de la Bonaerense y el despliegue intimidador de la Gendarmería en los barrios y el centro de las ciudades.


El gatillo fácil y la “amenaza” cotidiana de represión son las armas con que las patronales y sus gobiernos pretenden contener a la población trabajadora. Es que están aterrados ante la perspectiva concreta de un nuevo Argentinazo.


Pero esa misma política represiva que la burguesía quiere levantar como “muro de contención” a la rebelión que fogonean la entrega al FMI, la miseria y la muerte, crea al mismo tiempo las contradicciones que la van demoliendo; en otras palabras, motoriza la organización y la movilización popular contra el aparato represivo –es decir, contra el pilar del sistema capitalista de conjunto.


Así lo demuestran los ataques del 24/6 contra la comisaría de Casanova por la muerte de Diego Lucena y del 25 contra la de Tesei, por los crímenes de Christian Bogado y Rodrigo Corzo. O la movilización del 14 contra la 31ª de Palermo, por Lisandro Barrau, y la ocupación del 26 de la comisaría 24ª de La Boca por el asesinato del “Oso” Cisneros (FTV), en estos casos contra la Federal.


Esta es la situación que se agudiza día tras día en el Gran Buenos Aires: la lucha frontal entre el régimen hambreador y la tendencia objetiva de las masas a demoler su política represiva; esto es, a rebelarse. La gran marcha del sábado 26 es la certificación definitiva de esta perspectiva, que tiene a los piqueteros y al programa de la ANT como el movimiento que la concentra.