A pocos meses de la desaparición de Diego Duarte en el Ceamse, se produjo, el pasado 28 de agosto, un nuevo crimen realizado por fuerzas de la Bonaerense.

Los efectivos policiales balearon a un joven de 16 años (compañero de la escuela de Diego), el cual se en­cuentra internado en grave estado.

Los vecinos habían ingresado a metalear, autorizados por la Poli­cía. Entre ellos estaba Freddy Ra­mírez. Los efectivos lo balearon por la espalda. Esta metodología es implementada diariamente. Hay otros casos, pero los vecinos no re­alizan las denuncias, por temor a las represalias de la Comisaría 5° de Billinghurst.

Ante esta situación, la gente co­menzó a discutir con los efectivos, y entonces se produjo una brutal represión, ordenada por la misma fiscal que intentó arduamente en­cubrir la responsabilidad policial en el caso de Diego: Marta Pascual.

Apel (en el Polo Obrero) ha re­alizado innumerables denuncias por la constante violencia y represión ejercida por la Bonaeren­se en el Ceamse. Nos hemos en­trevistado con el intendente de San Martín (Ivoskus), los conce­jales de San Martín, asesores de Arslanián en La Plata, y hasta con el mismo Arslanián en perso­na. Jamás dieron una respuesta, y jamás (a pesar de promesas va­rias), separaron a la Policía del Ceamse; ni siquiera a los sospe­chosos de haber participado en la desaparición de Diego.

Denunciamos que los vecinos son víctimas de la rapiña mafiosa de la Policía, que hace del Ceamse un coto de negocios “sucios”.

Responsabilizamos por la desa­parición de Diego y el crimen de Freddy y del resto de los vecinos al gobierno de Solá, que mantiene in­tactas las bandas mañosas de la Bonaerense, con la abierta compli­cidad de la Justicia. Lo que queda claro es que en materia de seguri­dad no ha existido ni existirá re­forma alguna por parte de Arsla­nián o del ministro de turno.

Sigue pendiente la organiza­ción de los trabajadores del barrio que, a través de asambleas popu­lares, ejerza el control sobre todo lo atinente al reciclado de residuos en el Ceamse. Ha quedado claro para ellos que las diversas promesas de los directivos del lugar, en relación a cooperativizar a los vecinos para realizar el reciclado, han sido bur­das maniobras para acallar a la gente frente a la desaparición de Diego.

Juicio y castigo a los responsa­bles.

Por el desmantelamiento del aparato represivo.

Elección popular de los jueces y fiscales.