Políticas

29/12/2016

12 años: seguimos viviendo en Cromañón

19 hs acto en Plaza de Mayo, luego movilización a Once.

Sobreviviente de Cromañon

“La conciencia sobre el entramado social y político que llevó a la muerte a nuestra juventud sigue marcando a fuego la lucha política en la Ciudad. El macrismo ha reforzado la orientación social que condujo a Cromañón. Sus opositores del kirchnerismo o del Unen, en pactos permanentes con el PRO, albergan en sus filas a los sobrevivientes políticos del ibarrismo (comenzando naturalmente por el propio Ibarra). Como nunca, la lucha y las banderas de Cromañón están asociadas al desarrollo de una alternativa anticapitalista y de izquierda en la Ciudad. Es la batalla que venimos dando desde la banca del Frente de Izquierda” (Vanina Biasi, 10 años: la lucha contra la Ciudad Cromañón, hace 2 años)


 


En abril de este año, 5 jóvenes murieron, víctimas de la asociación entre capitalistas del espectáculo, narcotraficantes y el propio Estado. En un predio que no debía estar habilitado, con más de 20 mil personas donde cabían 13 mil, la fiesta Time Warp combinaba la libre actividad de narcos con la falta de agua para un negocio redondo, en las narices de los efectivos de Prefectura. Nuevamente, la connivencia entre inspectores, gobierno y empresarios trajo a la memoria la masacre del boliche Cromagnon. 


 


Del “progresismo” de Ibarra a Macri-Rodríguez Larreta, queda claro que no se trata de una fuerza política en particular sino de un régimen entero, podrido hasta la médula. Si el macrismo y el kichnerismo votaron juntos una ley de eventos masivos –que no es más que un refrito de todas las legislaciones anteriores–, es porque se trata de un juego de encubrimientos mutuos.


 


De Cromagnon a Once, del boliche Beara a las muertes obreras en el subte, los bloques políticos que gobernaron el país en la última década son co-responsables de perpetuar un orden que coloca el lucro capitalista por encima de todo, incluso de la vida.


 


14 mineros fallecieron en la mina de Río Turbio en 2004 luego del vaciamiento de Taselli. En el penal de Magdalena, 33 internos asfixiados en el 2005, por puertas cerradas con candado, matafuegos y bombas de agua que no funcionaban. En el 2006, Beimar Mamani muere tras la golpiza de patovicas de una empresa de seguridad que nunca debió haber sido habilitada, ante la mirada indiferente de agentes de la Policía. En el 2010, una obra en construcción produjo 3 muertes por el derrumbe del gimnasio lindero en Villa Urquiza. En el mismo año, el entrepiso del boliche Beara se desploma, con 2 víctimas fatales como resultado. En 2011, los 11 muertos en la Estación Flores anticipaban lo que sería la masacre de Once del año siguiente. En 2012, 2013, 2014 y 2016, 5 obreros del subterráneo fallecen por la desidia de Metrovías y el Estado. En 2014, 10 bomberos caen en servicio, combatiendo el incendio de Iron Mountain. En Villa Soldati, en 2015, Cristian Crespo de 17 años cayó debido al deterioro de una baranda del Complejo Habitacional Soldati por el abandono del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y el macrismo.


 


A 12 años de aquel horrible 30 de diciembre, reclamamos cárcel a Ibarra y todos los responsables políticos. 


Luchemos por una alternativa política de los trabajadores, terminemos con los responsables políticos y empresariales que condenan a la juventud y a  la clase obrera a vivir todos los días en República de Cromañón.


 


 El Partido Obrero se hará presente esta tarde en el acto organizado por sobrevivientes, familiares y amigos de víctimas, reclamando cárcel a Ibarra y todos los responsables políticos. Basta de corrupción e impunidad.


 


Documental Ojo Obrero: “Ni la bengala, ni el Rocanrol”


 


 



Ni la Bengala ni el Rockanroll from Ojo Obrero on Vimeo.


 


También te puede interesar: 


10 años: la lucha contra la Ciudad Cromañón


Telerman y Cromañón


Cayó un gobierno kirchnerista


Los funcionarios de Ibarra:de Roggio a Chabán


La Trastienda” de Cromañón


Las pruebas contra Ibarra son concluyentes


La única “clausura” de Ibarra


Cromañón: una estación para recordar