Políticas

20/4/2006|942

1º de Mayo

De nuevo, contra la guerra del imperialismo


Con la misma ligereza con que se cambia una camisa, Bush “no excluyó” la “opción” de un ataque nuclear contra Irán.


 


El Pentágono dio a conocer las fotos de los blancos eventuales obtenidas por sus satélites.


 


La cuestión es la de siempre: el monopolio del petróleo.


 


No es casual que la guerra se enseñoree, otra vez, en un país de Africa, Chad, el noveno productor mundial de petróleo.


 


Las compañías norteamericanas controlan el 70% de la producción de Chad, pero los franceses no se quedan atrás, y Chirac, un presidente odiado por su propio pueblo, ha mandado tropas a su ex colonia.


 


Chirac busca su tumba con encomiable empeño.


 


La misma rapiña por el petróleo está ensangrentando a Nigeria, el quinto productor mundial.


 


El imperialismo amenaza con más guerra para acabar con la resistencia del pueblo palestino y reforzar el muro de ‘apartheid’ que levanta el sionismo.


 


Amenaza con más guerra porque el pantano de Bush en Irak amenaza la posición de dominación del imperialismo yanqui.


 


Amenaza, también, para atemorizar a los trabajadores inmigrantes que han llamado a una huelga general en Estados Unidos, precisamente para este 1º de Mayo.


 


Quiere contener la lucha de clases que emerge como consecuencia de los despidos masivos y la reducción de salarios que anuncian Ford, General Motors y Delphi en la propia Detroit.


 


Los pueblos están pagando está agresión con más muertes.


 


Con el pretexto del terrorismo se estrangulan los derechos ciudadanos.


 


Las luchas populares son enfrentadas con represión, infiltración y provocaciones.


 


El costo del militarismo y la guerra se paga con más miseria social.


 


El imperialismo, la guerra y el militarismo son absolutamente incompatibles con la más mínima esperanza social.


 


Por eso, el 1º de Mayo los trabajadores de todo el mundo debemos levantar la bandera de la lucha contra la guerra, lo que equivale a decir contra el imperialismo capitalista.


 


Lo que equivale a decir, también, contra los gobiernos cómplices del imperialismo.


 


Por ejemplo, los gobiernos sudamericanos que han enviado tropas a Haití, a ejercer la función represiva de un ejército local.


 


O apoyan la intervención militar norteamericana en Colombia.


 


Son los mismos gobiernos que protegen en sus países los lucros de Repsol, Petrobras (70% de capital norteamericano), Chevron, Pan American y otras, y que acorralan sin tregua a Bolivia para que se someta a esos pulpos.


 


Los gobiernos que envían la Gendarmería a Las Heras y a San Julián, en Santa Cruz, para combatir a los obreros que trabajan en el petróleo y en la minería.


 


Que también envían la Infantería contra los trabajadores del subte, para imponer la tercerización, es decir, el trabajo precario y en negro que asuela al 50% de los obreros argentinos".


 


Que protegen a los pulpos que financian las guerras y que lucran con esas guerras, como lo muestran los precios exorbitantes del petróleo, el oro, el cobre o la plata y el zinc.


 


Llamamos a los trabajadores de Argentina a lanzar una mirada mundial sobre la situación nacional.


 


A organizarnos contra el imperialismo, sus cómplices nacionales y sus guerras.


 


Por la Unidad Socialista de América Latina.


 


Abajo el imperialismo capitalista, por una reorganización internacional sobre nuevas bases sociales.