2/12/2004|879
20 de Diciembre, un acto de lucha contra Kirchner en todo el país
El viernes 26 de noviembre, en la Facultad de Psicología, se realizó una reunión que agrupó a la mayoría abrumadora del movimiento piquetero, a la izquierda y a un importante número de representaciones sindicales: subtes, seccionales del Suteba, ferroviarios, Transporte del Oeste, cuerpos de delegados gráficos, la Fuba, Sindicato de Afip, organizaciones de derechos humanos, de la mujer y otros.
La ANT, convocante de la reunión, presentó una posición política basada en la valoración de la situación política en la que llegamos a este 20 de diciembre, con un gobierno que se ha desbarrancado a la represión, al que se le cae la careta de “nacional y popular”, que consuma la mayor entrega al imperialismo y a la deuda externa.
Al mismo tiempo, desenvolvimos el momento de crisis política en ciernes con que llegamos al fin del 2004: el “cuento chino” y la caída del canje, como dos caras de un gobierno rehén del imperialismo y de su propia política de entrega, con una crisis política en ciernes por el desgaste de Lavagna, lo que replantea la crisis del aparato de poder entre Kirchner y Duhalde.
Por otro lado, el gran ascenso de luchas salariales de las últimas semanas, de los estudiantes del Comahue, del Bloque Piquetero y la ANT el 16 de noviembre, la lucha ferroviaria por la reincorporación en tres ferrocarriles, los cortes de ruta piqueteros en Chaco, con represión en Catamarca, etc.
Un cuadro que ha reforzado la iniciativa política de quienes luchamos efectivamente contra el gobierno por referencia a la oposición trucha que busca agotar en maniobras parlamentarias cuestiones como la deuda externa o la libertad de los presos.
El mismo día que De Gennaro, al lado de Binner y Carlos Heller, Lozano, Basteiro y el Partido Socialista, con la colaboración del PC, se reunían en Rosario para intentar un frente de colaboración de clases con aliancistas destinatarios del Argentinazo (incluidos los que en ese momento gobernaban), nos reuníamos para ganar la plaza del Argentinazo con una convocatoria claramente obrera y piquetera, antiimperialista y de lucha contra Kirchner.
Al convocar a la reunión, la ANT presentó un bloque de puntos que sintetizan un programa consecuente de lucha contra el gobierno: la libertad de los presos políticos de Kirchner y el FMI, el no pago de la deuda externa, el retiro de las tropas argentinas de Haití, el aumento salarial, las seis horas y la extensión del subsidio a todos los desocupados.
El punto es precisamente el carácter del acto. La ANT desechó toda idea meramente conmemorativa, para colocar el acto como una acción de lucha contra el gobierno de Kirchner y su enorme ataque a las condiciones de vida de las masas y la represión sistemática.
Por referencia al 2003, se está produciendo un giro político de fuerzas, que tiene expresión en la presencia en la Comisión Independiente por el Juicio y Castigo a los asesinos del Puente Pueyrredón de una parte de las organizaciones de Derechos Humanos, organizaciones piqueteras y políticas que el año pasado se apartaron del acto central del 20 de diciembre, en función de sus propias expectativas en Kirchner.
A partir del acuerdo con las consignas presentadas por la ANT, que son una base unitaria irrenunciable, lanzaremos una gran campaña de agitación, propaganda y organización en todo el país, en cada plaza del poder político, buscando sumar a todas las organizaciones obreras y populares que enfrentaron al gobierno este año y batallando para que las fuerzas nacionales cumplan los acuerdos en cada provincia. Estos acuerdos porteños, no tendrían ningún valor si luego están sujetos a agachadas frente a los socios provinciales del mismo sistema contra el que nos movilizamos en Plaza de Mayo.
Se abre una etapa de lucha política en todos los sindicatos, cuerpos de delegados, centros y federaciones estudiantiles, organizaciones de lucha contra el gatillo fácil, organizaciones piqueteras menores o regionales, en todos los sectores en lucha del movimiento popular para que participen, de manera de transformar el acto en un factor de la situación política, para arrancar a los presos de la cárcel y para reforzar a los explotados contra el gobierno.