El 21F en Tucumán fue motorizado íntegramente por organizaciones políticas y sociales de la izquierda y el sindicalismo combativo. Tres mil personas se movilizaron a la Plaza Independencia contra el ajuste de Macri y Manzur.

La jornada estuvo precedida por una semana de tarifazos en el servicio de energía eléctrica, gas, transporte público de pasajeros y anuncios de incrementos en la tarifa del agua. Se trata de servicios que están bajo la órbita de los gobiernos provincial (PJ) y municipal (Cambiemos), que abonaron el creciente descontento popular por las medidas de ajuste del gobierno nacional.

Entre las columnas más numerosas estuvieron las del Partido Obrero, el Frente Popular Darío Santillán, la CCC y el Polo Obrero, que aportaron el grueso de la movilización; en menor medida también se movilizaron el MST, FOL, Izquierda Socialista y el PTS. Entre los sindicatos que se dieron cita, se movilizaron ADIUNT (docentes universitarios), SADOP (docentes privados), el Sindicato de Artes Gráficas de Tucumán, el Sindicato de Municipales de Yerba Buena, ATE, SOEM de Simoca, el Sindicato de Visitadores Médicos y el Sindicato de Trabajadores Judiciales. Mención aparte merecen las organizaciones kirchneristas, que se movilizaron de manera menguada y llegaron a la Plaza sobre el cierre del acto frente a la Casa de Gobierno; entre ellas, el MUP, Unidad Ciudadana, Patria Grande y Madres de Plaza de Mayo.

El documento suscrito por las organizaciones participantes denunció el ajuste de Macri y los gobernadores, la derogación de la reforma previsional y el rechazo a la reforma laboral, contra los despidos, los tarifazos, los recorte en los programas sociales, la represión de la protesta social, la libertad de los detenidos por luchar y reclamó el paro activo nacional y plan de lucha.

Ariel Osatinsky, secretario general de Adiunt y militante del Partido Obrero, abrió su discurso solidarizándose con los trabajadores despedidos de LV12, una de las emisoras radiales más importantes de la provincia, y planteó la necesidad de fortalecer la coordinación de las luchas en curso (INTI, Azucareros, etc.) a partir de la realización de un Congreso de Bases de la CGT, la CTA y todos los sindicatos que ponga en pie un paro activo nacional y un plan de lucha. (En una actitud sectaria, el PTS se negó a suscribir el documento.)

La jornada del 21F deja planteada la necesidad de intensificar la agitación en el seno del movimiento obrero y la preparación de un Congreso de Bases que prepare el paro general y un plan de lucha. El 8M será una nueva oportunidad, acompañando al paro de mujeres, para expresar nuevamente un salto cualitativo en esa dirección.