Políticas

29/3/2016|1404

24 de marzo: Una victoria política

El 24 en la Plaza hubo dos actos claramente diferenciados, como lo tuvieron que reconocer todos los medios de comunicación –salvo Clarín, que omitió hasta la crónica de la jornada.


Foto: Sebastián Baracco


El 24 en la Plaza hubo dos actos claramente diferenciados, como lo tuvieron que reconocer todos los medios de comunicación –salvo Clarín, que omitió hasta la crónica de la jornada.


El acto de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora e H.I.J.O.S., realizado al mediodía, convocó a La Cámpora, Luis D´Elía, Martín Sabbatella y Axel Kicilloff, entre otras agrupaciones y ex funcionarios K. La burocracia de las cinco “centrales sindicales” –que el día anterior habían compartido un seminario en Foetra que cerraron Estela de Carlotto y Horacio Verbitsky- fue saludada desde el documento que se leyó en el palco. El amigo de la yuta y de los traficantes de efedrina, Aníbal Fernández, y el patotero del Indec, Guillermo Moreno, desfilaron junto a Hebe de Bonafini.


La hegemonía kirchnerista del acto era innegociable, como señaló la titular de Abuelas en un reportaje en Página/12. ¿Por qué no un acto conjunto con la izquierda?, le preguntó el periodista. “Porque no vamos a hablar mal de Néstor y Cristina” respondió Carlotto.


El documento que animó el acto de los organismos K fue un panegírico del “país que teníamos, integrado a la Patria Grande y con un Estado para el pueblo”. Los ex funcionarios del gobierno de los “pagadores seriales” de deuda externa en el que los capitalistas y banqueros “la levantaron con pala” aplaudieron a rabiar. “No olvidamos los asesinatos de Kosteki, Santillán y Mariano Ferreyra”, pronunciaron desde la tribuna delante de ‘Hanníbal’, el ex vocero de Duhalde durante la masacre de Avellaneda y encubridor de la zona liberada en Barracas.


“Resulta importante resaltar que entre las preocupaciones del nuevo gobierno (el de Macri) no estuvo la de derogar una ley que no puede seguir en vigencia: la Ley Antiterrorista. ¿Será que la usará con el protocolo de represión de la protesta social?”. El colmo del cinismo. ¿Será que se olvidaron que su aprobación fue una iniciativa del gobierno kirchnerista, cuando atacaba las huelgas docentes, reclamaba “leyes antipiquete” y saludaba la condena a prisión perpetua a los petroleros de Las Heras?


El acto encabezado por Abuelas estuvo claramente colocado al servicio del operativo “Vamos a volver”. Los diputados del FpV que se “opusieron” al acuerdo con los fondos buitre para pichulear algunos dólares a sabiendas de que su bancada de senadores lo aprobaría sin chistar, aprovecharon la lavada de cara. El nombre de Barack Obama no fue ni siquiera mencionado.


En contrapartida, la impresionante columna del Encuentro Memoria Verdad y Justicia –que recién pudo ingresar a la Plaza bien entrada la tarde, tras sortear varios “tapones” de organizaciones nac&pop- fue directo al hueso: contra la impunidad de ayer y de hoy, fuera Obama de Argentina, abajo el ajuste y la represión de Macri y los gobiernos provinciales.


El documento central del acto -consensuado por dos centenares de organizaciones de derechos humanos, políticas, sindicales y estudiantiles- denunció extensamente los atropellos del macrismo y de los gobernadores e intendentes peronistas y también los antecedentes en materia de entrega –Ciadi, Club de París, Repsol- y represión de los gobiernos kirchneristas.


La movilización independiente del Encuentro fue precedida por dos meses de intenso debate político. La cuestión central se resumía en torno a qué actitud adoptar frente al kirchnerismo. El EMVyJ es un amplio frente único de organizaciones populares combativas y preservó su independencia durante una década de gobiernos K. Un sector de la izquierda –el MAS, el MST y otros grupos- se mostró partidaria de un acto unificado, lo cual significaba rifar esa trayectoria, soslayando las críticas y denuncias a los K tanto por sus gobiernos como por su rol actual. No se trató de un dislate sino de un debate estratégico. Hasta el mismo 24, el MST continuó llamando a un “acto unificado” a expensas de la agitación por el acto del Encuentro. Por su parte, el PTS se resignó a que no “existían condiciones políticas” para un acto común, pero mantuvo hasta la exageración la línea de seguidismo a los K por Milagro Sala.


Nuestro partido y Apel defendieron desde el primer día la realización de un acto independiente. Mantuvimos esa posición de principios desde el primer día y hasta la última coma del documento consensuado. La imponente columna del Partido Obrero se construyó sobre bases políticas macizas.


Convirtamos a la izquierda y a la clase obrera en la alternativa al ajuste de Macri y los gobernadores.