Durante la sesión del Senado por el 82% móvil, la vigilia de veinticuatro horas del PO, junto a las organizaciones de jubilados, fue todo un factor político. Una enorme carpa con compañeros, grandes carteles, una radio abierta difundiendo los objetivos y convocando a la movilización del día siguiente; varios pequeños actos con plateas improvisadas en las que participaron transeúntes y jubilados; distribución de volantes explicando lo que estaba en juego y una columna -la más numerosa según dirigentes de jubilados, diputados y aun senadores presentes. El acto final del PO concitó el desplazamiento para escucharlo -y aplaudirlo- de participantes de la única columna de jubilados que irrumpió masivamente en la jornada, la del Movimiento Nacional de Jubilados y Pensionados. En el acto, Néstor Pitrola pintó el derrumbe de la oposición que no garantizó el quórum del proyecto que ella misma motorizó. “Una muestra de la profunda subordinación de estos políticos a la Asociación de Bancos, a la UIA, a la Asociación de Empresarios, al conjunto del gran capital que se opuso a esta reivindicación como razón de Estado contra las masas trabajadoras”.

Allí, desconfió “del quórum dado por el oficialismo, cuando han prometido el veto. Una promesa que es un mensaje claro a los usureros internacionales que obtienen enormes ganancias con los bonos de la deuda pública, cuya garantía es el dinero de los jubilados”. Pitrola alertó sobre “el rechazo a la ley o la eventual aprobación de una ley mutilada, que debería volver a diputados, donde para insistir en el texto original se necesitarían dos tercios de los votos que no existen”.

Pitrola destacó la presencia de múltiples delegaciones obreras en el acto y llamó a realizar “asambleas en los lugares de trabajo y en los barrios para quebrar la oposición de los Moyano, que organizan un acto contra la bandera del 82%, y de los Yasky, que carnerearon esta gran movilización, y para organizar las próximas fases de esta lucha”.