El Centro de Almaceneros, Autoservicios y Comerciantes Minoristas de Córdoba informó que de acuerdo a sus cálculos la inflación del mes de mayo alcanzó un 5.36%. De esta manera la suba de precios registra un 58,51% a nivel interanual, según la citada fuente. Así las cosas, una familia de cuatro integrantes necesitó de $105.368,21 para no caer en la línea de pobreza.

Además, el mencionado informe afirma que la inflación, en lo que va del año, llegó al 27,89% y proyecta una suba de precios por encima del 60%. Un indicador optimista comparándolo con estudios que afirman que los alimentos tendrán aumentos por encima del 70%.

El estudio de Almaceneros muestra un mínimo descenso en la suba de precios, en comparación con el mes de abril, del orden del 0.38%. No obstante, todavía falta saber cuál será el impacto del incremento de servicios públicos, como el agua, gas y energía.

Las cifras superan la pretensión del gobierno nacional en contener la suba de precios. También marcan una pulverización de los ingresos de lxs trabajadores para alcanzar la canasta básica alimentaria. Por eso, según la encuesta de Almaceneros “un 42% de los encuestados debió gastar dinero ahorrado de su grupo familiar para afrontar gastos habituales”.

Además, “un 53,30 % de los jefes de hogar encuestados dijo no haber podido afrontar los gastos corrientes o de contingencia durante mayo. Las principales deudas en mora de las familias cordobesas son por las tarjetas de créditos, los impuestos y servicios, o los créditos y préstamos personales”, siempre de acuerdo al citado estudio.

Con un salario mínimo, vital y móvil de $38.940, “un 37,73 % de los jefes de hogar encuestados manifestó no haber podido acceder durante mayo a la totalidad de la Canasta Básica Alimentaria. Entre quienes respondieron que sí accedieron, sólo un 27,20 % pudo hacerlo con recursos propios. Un 70,77% de los jefes de hogar encuestados destinó más del 50% del total de los ingresos familiares a la compra de alimentos básicos durante el mes de mayo”, según Almaceneros.

Estamos en presencia de un escenario marcado por un poder de compra del salario entre los más bajos en los últimos 19 años. Para peor, la inflación de los alimentos sigue un curso ascendente. Este dato cuestiona el planteo de una “recuperación” de la economía. En efecto, las familias trabajadoras caen cada vez más en la pobreza e indigencia.

En este cuadro, sobran los motivos para impulsar un plan de lucha y paro general para conquistar una recomposición de salarios y jubilaciones. En ese sentido, la Coordinadora Sindical Clasista y el Polo Obrero se encuentran en plena campaña para poner de pie de lucha a la clase obrera de conjunto.

Por eso la Unidad Piquetera volverá a ganar las calles en una jornada nacional de lucha, por trabajo genuino, por salario, contra el hambre y la pobreza, para organizar la fuerza que construya el paro general y un congreso de trabajadores ocupadxs y desocupadxs para tirar abajo el pacto con el FMI y darle una salida a la crisis en función de los intereses obrerxs y populares.