No tuvieron que pasar muchas semanas para que quedara en evidencia la completa falta de actualidad de los planteos del PJ y la Alianza durante la campaña electoral.

La crisis mundial ha puesto al desnudo la inconsistencia del planteo de la defensa de la estabilidad en una sociedad donde reina la anarquía del mercado, la rivalidad nacional y la ley social del lucro privado.

Para los trabajadores todas esas promesas y planteos fueron otro engaño de los carreristas políticos al servicio del capitalismo. Le dijeron al pueblo que sin corrupción y con institucionalidad se podría vivir y se podría comer, y ya están aceptando ahora las exigencias del FMI de sacudir todavía más con el garrote impositivo al pueblo, de alargar la jornada laboral y liquidar la indemnización por despido, y de cerrar empresas cuando hay cuatro millones de desocupados.

Oficialistas y opositores, en la más corrompida de las coincidencias, dicen al unísono que no se pueden aumentar los sueldos a los docentes y a los jubilados.

La crisis es la madre de todas las sinceridades y de todas las hipocresías.

Hay un derrumbe generalizado del régimen capitalista, esto es lo que se ve todos los días en todos los países. Los gobiernos fingen que importan la crisis del exterior, lo que no puede ser cierto para todos al mismo tiempo. Es la crisis de un régimen social común a todos los países y a todos los gobiernos.

El programa del Partido Obrero ha cobrado más actualidad, y no menos, como consecuencia de la crisis. Es necesaria una reorganización de la sociedad sobre nuevas bases —la de la necesidad social, no la de la explotación y lucro privados.

Contra la crisis capitalista, hay cinco reclamos y tareas inmediatas.

1-Que se repartan las horas de trabajo sin reducir los salarios. Por la ocupación de toda fábrica que suspenda o despida y la expropiación de toda empresa que cierre.

2- Que se establezca un salario mínimo de 1.200 pesos, que es el costo de la canasta familiar.

3-Que se ponga al sistema bancario y el comercio exterior bajo control obrero y se abran las cuentas de las empresas capitalistas, para evitar la fuga de capitales y el sabotaje financiero e industrial. Que se establezcan impuestos progresivos a las grandes ganancias capitalistas.

4-Por la unidad política inmediata de América Latina, unidad de los trabajadores de la ciudad y del campo.

5- Por el desarrollo de un gran partido de la clase obrera y por la refundación inmediata de la IV Internacional, partido mundial de los trabajadores.