Políticas

15/12/2016|1441

#9D en Jujuy: ni paz, ni unión, ni libertad


El acto convocado el pasado 9 de diciembre por el gobierno provincial en San Salvador de Jujuy con el slogan “Paz, Unión y Libertad Civil” fue la primera movilización masiva que convoca el gobierno de Gerardo Morales (UCR-Cambiemos). El mayor peso lo puso el aparato, lo que incluyó lista de asistencia a empleados públicos, colectivos desde el interior, bolsones de mercadería, cotillón oficial y bandas en vivo (al mejor estilo del gobierno anterior). La provincia gastó millones.


 


El acto estuvo marcado por la creciente presión para que Morales y la Justicia jujeña pongan fin a la detención arbitraria de Milagro Sala.


 


Morales se refirió explícitamente a esto en su discurso.


 


Luego de hablar en contra de los cortes y movilizaciones que se producían en años anteriores, el gobernador pidió “cárcel a los corruptos” y “que la Justicia actúe”. “Comparto la idea de que Lázaro Báez y (José) López deben estar presos, y Milagro Sala fue parte de esa matriz sistémica de corrupción”, sostuvo. Pero el gobernador omitió decir que la detención de Sala está viciada en origen porque fue apresada por el acampe que realizara frente a Casa de Gobierno en enero pasado, en el marco de una protesta. 


 


Desde ese momento, el gobernador ha buscado cooptar a una parte del corrompido aparato de la Tupac, al que denosta públicamente, para desarrollar su propia base punteril.


 


El acto se realizó en un marco de crisis y presiones sobre el gobierno provincial, golpeado por planteos de diversas fuerzas políticas y organismos nacionales e internacionales que reclaman la liberación de Sala, lo que ha dividido al oficialismo. Además, el asesinato de Nelson Cardozo dentro de un penal de máxima seguridad ha destapado la descomposición de las fuerzas represivas y ha abierto una crisis política respecto de la seguridad.


 


Morales también ha recibido un golpe político con el desplazamiento de su socio en el gobierno, el vicegobernador Carlos Haquim (massista) de la presidencia del PJ jujeño. José Luis Gioja y compañía han decidido intervenir el partido y convocar a nuevas elecciones de autoridades. Esa crisis se potencia en el marco preelectoral de 2017, ya que el objetivo del PJ nacional es ir separado de la fórmula Cambia Jujuy.


 


A un año de asumir, Morales no puede mostrar ningún progreso en la provincia. No llegó ni la lluvia de inversiones ni el Plan Belgrano y se perdieron miles de puestos de trabajo. A partir de la detención de Sala, Morales aplicó una sistemática política represiva contra la resistencia de los trabajadores al ajuste. Las consignas por la “paz, la unión y la libertad civil” que presidieron el millonario acto son un agravio a la razón.


 


¿Celebraron la paz, la unión y la libertad los obreros de Ledesma a los que el gobierno denunció de oficio y les pretende realizar descuentos compulsivos en el marco de la paritaria, y además aplicarle una multa millonaria a su sindicato? ¿Los 800 despedidos por parte del gobierno en el Ingenio la Esperanza celebran “la paz”?


 


Los docentes y empleados estatales a los que el gobierno cerró su paritaria por decreto y luego descontó los días de paro ¿celebraron? ¿Las persecuciones a los activistas gremiales y vendedores ambulantes son símbolo de “paz, unión y libertad”?. Hablar de libertad civil cuando acaba de ocurrir un asesinato dentro de un penal, encubierto por las fuerzas de seguridad, y continúa la detención de Sala, es un atropello.


 


Frente a este escenario, donde el gobierno intenta someter a los trabajadores a una brutal regimentación, el Partido Obrero refuerza la convocatoria a movilizar masivamente el 20 de diciembre para denunciar el ajuste, los despidos y la tregua. Convirtamos esta jornada en la caja de resonancia de los problemas que sufren los explotados y de un reagrupamiento para enfrentar al gobierno del ajuste.