A tres años del ‘Santiagueñazo’, ¿Vuelve Juárez?
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La victoria del PJ el domingo pasado en Santiago del Estero, debe haber hecho fruncir las cejas a todos los que recuerdan cómo el pueblo sublevado lo trató en diciembre de 1993. Pero no es necesario arrugar la frente: sin una adecuada perspectiva política, el más feroz de los movimientos populares puede verse frustrado en sus aspiraciones y hasta permitir el retorno de los viejos demonios.
Debería ser una lección para los que usan la frase “Cutral Co es el camino”, no para ofrecer un programa y una organización revolucionarios, sino para hacer demagogia.
La simiente del Santiagueñazo, sin embargo, no se ha esterilizado. El domingo pasado se produjo un 45 por ciento de abstenciones, de modo que la representación real de los justicialistas no es del 45, sino del 23/24 por ciento, y la de los radicales no es del 35 por ciento, sino del 18. Pero la abstención no es una salida política, sólo pone en evidencia el empantanamiento de todas las fuerzas en presencia.
La elevada tasa de abstención refleja, por sobre todo, la posición del clero de Santiago, que encabeza el obispo Sueldo. En los tres años que han transcurrido desde la pueblada, esta fracción de la Iglesia ha bloqueado la formación de una tendencia política contra los partidos del sistema, por lo que hay que suponer que pretendía su ‘renovación’, algo en lo que manifiestamente ha fracasado. El clero no dice de ninguna manera que ‘el único camino es el Santiagueñazo’, como sí lo hacen los demagogos sin principios de la ‘izquierda’ trucha, pero ha logrado mantener un control político sobre los protagonistas del Santiagueñazo y bloquear su desarrollo político.