Políticas

25/11/1999|649

Abajo el gabinete de guerra contra los trabajadores

El nombramiento de Juan Llach, mediterráneo, cavallista y papista, es, junto al de López Murphy y Santibáñez (y de Rico y Caselli, en Buenos Aires), una declaración de guerra del nuevo gobierno contra los trabajadores. Apunta a más explotación, más flexibilización, más impuestos y a la privatización completa de la salud y de la educación.


Tenemos que responder con un paro y una movilización nacional de protesta, que nos sirva para reclamar que nadie gane menos de 600 pesos, que se ponga fin a la flexibilización laboral y que se convoque a convenciones de trabajo con paritarios elegidos en asamblea.


Que, en lugar de llorar por lo que ellos mismos han creado durante años de mentiras y desmovilización, la CTA y el MTA, la UOM anti-miguelista y Ctera, la Fua y los centros de estudiantes, los disidentes del Frepaso y la izquierda democratizante, llamen a un paro nacional y a una movilización nacional.


Los obreros combativos y los luchadores debemos tomar este reclamo para desarrollar asambleas en todos los lugares de trabajo y estudio, elegir comités de lucha y desarrollar una movilización que culmine el 10 de diciembre con una gran jornada nacional.