Abajo el gabinete de guerra contra los trabajadores
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El nombramiento de Juan Llach, mediterráneo, cavallista y papista, es, junto al de López Murphy y Santibáñez (y de Rico y Caselli, en Buenos Aires), una declaración de guerra del nuevo gobierno contra los trabajadores. Apunta a más explotación, más flexibilización, más impuestos y a la privatización completa de la salud y de la educación.
Tenemos que responder con un paro y una movilización nacional de protesta, que nos sirva para reclamar que nadie gane menos de 600 pesos, que se ponga fin a la flexibilización laboral y que se convoque a convenciones de trabajo con paritarios elegidos en asamblea.
Que, en lugar de llorar por lo que ellos mismos han creado durante años de mentiras y desmovilización, la CTA y el MTA, la UOM anti-miguelista y Ctera, la Fua y los centros de estudiantes, los disidentes del Frepaso y la izquierda democratizante, llamen a un paro nacional y a una movilización nacional.
Los obreros combativos y los luchadores debemos tomar este reclamo para desarrollar asambleas en todos los lugares de trabajo y estudio, elegir comités de lucha y desarrollar una movilización que culmine el 10 de diciembre con una gran jornada nacional.