Abajo el tarifazo
Ante el recule oficial, vayamos por su anulación
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El tarifazo de Macri-Aranguren ha sufrido un primer recule: el gobierno anunció un tope en el aumento de la tarifa del gas, que no podrá superar el 400 por ciento para las provincias patagónicas y La Pampa, cuando el promedio de aumentos anunciados era allí del 1.200 por ciento.
El anuncio llega después de que el gobierno se viera obligado a otra seguidilla de excepciones -clubes y otras entidades- al aumento. El mismo Aranguren declaró el fracaso de su política cuando dijo que hay 3 millones de hogares alcanzados por la tarifa social, lo que demuestra la inviabilidad del aumento. Y aún falta que lleguen las facturas de junio, que serán impagables. La crisis provocada por el tarifazo casi le cuesta la cabeza a
Aranguren, al punto que el mismo Marcos Peña tuvo que desmentir la renuncia del titular de Energía.
Los gobernadores patagónicos debieron reclamar medidas ante el temor a una rebelión contra las subas en el gas, que provocaron autoconvocatorias, movilizaciones y petitorios principalmente en Río Negro y Neuquén. En Tierra del Fuego, el sindicato de petroleros anunció que el 1° de junio cortaría el suministro del gas hacia todo el país; en Santa Cruz y Chubut, la justicia hizo lugar a los amparos presentados, suspendiendo el tarifazo. El tarifazo del gas en la Patagonia fue más alto que en el resto del país porque no se le había aplicado el aumento que CFK había dispuesto en 2014. Pero los nuevos valores -con incrementos del 2.000 por ciento- constituyen un golpe letal a numerosas actividades y han provocado una fractura en el frente patronal. Por caso, un hotel que pagaba 5.000 pesos por el gas ahora debe pagar 70.000. En cualquier caso, nada iguala el alcance que tiene este masazo sobre los trabajadores: hay unos 4.000 petroleros y trabajadores de gremios subsidiarios suspendidos, y cobran un 40 por ciento de su salario.
La combinación de despidos y reducción de salarios con tarifazos se vuelve intolerable.
La reunión de Aranguren con los gobernadores sólo fijó un tope para la tarifa domiciliaria, mientras habilitó a financiar en cuotas el 50 por ciento de las facturas de gas de industrias y comercios. Nada de esto resuelve la crisis, en la medida que las tarifas ahora “sólo” se han quintuplicado.
En favor de los pulpos
Macri y Aranguren han tomado toda una cadena de medidas que benefician a los pulpos petroleros y a los capitalistas amigos de los K: Marcelo Mindlin, dueño de Edenor, adquirió finalmente los activos de Petrobras en Argentina, gracias a los subsidios y los tarifazos. En esa línea están los subsidios al petróleo por encima del precio internacional, el pago del gas a un valor más caro que el que se importa de Bolivia, y el aumento del 31 por ciento en las naftas
La suspensión del subsidio a las distribuidoras de gas y a la electricidad no ha servido siquiera para revertir el déficit fiscal –apenas ha compensado la eliminación de las retenciones al agro y mineras, entre otros beneficios a los capitalistas.
El rescate de los negociados de los privatizadores -eso es en definitiva el tarifazo- lleva al hundimiento de la economía del país y de los hogares de los trabajadores. Abajo el tarifazo, apertura de las cuentas de todas las empresas de la cadena energética, nacionalización bajo control de los trabajadores de toda la industria de electricidad, petróleo y gas.