Abajo el veto a la ley del Bauen
Y demás vetos antiobreros de Macri
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Macri vetó tres leyes y un artículo clave de otra. En todos los casos se trata de disposiciones de algún interés popular o para trabajadores.
En primer lugar vetó la ley que sujeta a expropiación al Hotel Bauen, bajo gestión de sus trabajadores hace 14 años. Esto con el argumento de que “beneficia a un reducido número de personas”, que serían las decenas de trabajadores que forman la cooperativa. En cambio, favorecer a los dueños que quebraron y vaciaron la empresa sería un objetivo de tipo, digamos, “social”.
Indudablemente, se trata de un golpe que da una señal a los “inversores”, que no invierten un peso pero para los cuales la especulación inmobiliaria con un edificio de esa magnitud y en esa ubicación puede ser un jugoso negocio. Desde un punto de vista más general, se trata de un golpe a todo el ahogado movimiento de empresas recuperadas, cuyos activos se deterioran y son víctimas privilegiadas de la recesión económica, la caída del consumo y las altísimas tasas de interés que hacen impracticable la renovación de maquinarias. Las empresas recuperadas no entraron siquiera en las ventajas de la ley de incentivos fiscales para las pymes. No habla de los subsidios a las automotrices y otros aún más sonados como la caída de las retenciones mineras o sojeras.
También vetó una ley de amparo a las víctimas de trombofilia, porque obliga a las prepagas y al hospital público a costear integralmente los tratamientos y medicaciones por esa grave enfermedad. En este caso, es un beneficio directo a las corporaciones médicas y un ajuste de gasto fiscal hospitalario, contra el núcleo de familias afectadas por esta dolencia.
Los otros perdedores fueron los veteranos de Malvinas. En este caso, el Presidente vetó el artículo tercero que establece dos jubilaciones mínimas para la jubilación adelantada. El universo de afectados es muy pequeño. En este caso, el veto busca no lesionar una línea estratégica: la jubilación mínima de miseria, hoy en 5.700 pesos. La habilitación de una excepción por ley puede abrir una catarata de legítimos reclamos contra una jubilación que es menos de la mitad de la línea de pobreza y que cobra la abrumadora mayoría de los jubilados.
Finalmente, vetó también una ley que reforma una disposición referida a los salarios mínimos profesionales cuando no hay convenio. Hasta ahora es potestad de la Justicia, que por la ley vetada se amplía al Ministerio de Trabajo, para fijarlo en función del servicio y la calificación de la tarea. Este es el veto más simbólico de todos, pero su línea es “contra la rigidez” en el mercado laboral, léase, contra los convenios colectivos y beneficios que los sustituyan.
Aquella sesión en la que Pablo López dio quórum con su presencia, fue el primer paso de lo que sería la ley de expropiación del Bauen. Como se aprecia, el régimen constitucional es una maraña contra los intereses obreros, porque el derecho a veto presidencial -como los decretos, sean de necesidad y urgencia o de los otros- es un derecho despótico del representante máximo de los capitalistas contra los derechos de los trabajadores arrancados con la lucha.
Los vetos de Macri refuerzan la línea de ataque a las masas. Ni la CGT convocó al paro general tras el veto a la ley antidespidos ni la oposición, FpV, FR, etc., que la motorizó insistió en el Congreso teniendo los dos tercios en el Senado, y estando muy cerca en Diputados. Los vetos forman parte de las garantías al capital y de la ofensiva contra las masas laboriosas, la pasividad de la oposición delata que forman parte de la coalición del ajuste. Con los trabajadores del Bauen, con los veteranos de Malvinas y con todos los afectados, nos empeñaremos en una campaña por la insistencia en ambas cámaras, para reforzar los movimientos de lucha que arrancaron los beneficios y a todos los que luchan por muchos otros. El destino del Bauen, como desde 2001 se jugará en la arena de la lucha y la acción directa de los trabajadores.