Políticas

15/7/2020

Abren “retiros voluntarios” para el 20% del personal de YPF

La petrolera, en el ojo de la tormenta.

La crisis mundial, con su impacto sobre los precios de los hidrocarburos y la sobreproducción, ha golpeado de lleno en la nave insignia de la pretendida epopeya de la “soberanía energética”. La “nacionalizada” YPF no deja de actuar en forma similar que el resto de las petroleras, integra el lote de las abrumadas por las deudas, que caminan por la cornisa de la quiebra.

“YPF tiene un rojo internacional cercano a los 8.500 millones de dólares” (ADN, 13/7), muy superior a su capitalización bursátil, que se ubicaba en marzo en torno a los 1.000 millones de dólares (Infobae, 18/3). En el corto plazo, la petrolera debe hacer frente a vencimientos por 2.000 millones de dólares.

Si bien es cierto que el valor del barril se recuperó desde entonces, no es menos cierto que el déficit sigue siendo descomunal. En el gran yacimiento estrella de YPF, Loma Campana, en el marco del parate general en Vaca Muerta ha bajado la producción de petróleo en abril a un 50%.

Guillermo Nielsen fue designado presidente de YPF por Alberto Fernández para revertir la situación financiera y por lo tanto operacional de la empresa, por contar en su currículum con dos acuerdos stand by con el FMI y la reestructuración de la deuda externa de 2005 con Kirchner-Lavagna. Este CEO del capital internacional basa su propuesta en dos criterios: menor cantidad de personal y aumento de la productividad por trabajador.

En ese cuadro, ha anunciado que abrirán retiros “voluntarios” para al menos el 20% del personal. En declaraciones que hizo en inglés, Nielsen graficó que la empresa tiene el doble de empleados de los que tenía hace 10 años atrás. El plan del presidente de la petrolera tuvo el apoyo entusiasta nada menos que del propio secretario general del sindicato de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Guillermo Pereyra, quien se sumó botoneando que “en la última gestión entraron más de 400 personas a YPF sólo en Loma Campana, eso se puede ver en la cantidad de colectivos que hay en la entrada y que no son de las contratistas sino de YPF, y en Puerto Madero hay más de 2.000 trabajadores”. (Vaca Muerta News, 31/5).

A su vez, la empresa inició una serie de reuniones para dejar de lado el convenio colectivo de trabajo, ir más allá de la ya flexibilizadora adenda que firmó Pereyra con las empresas, con la excusa que se iban a mantener los puestos de trabajo. La idea es atar salarios y condiciones laborales a la primacía de cláusulas de productividad y eficiencia, o sea el trabajo a destajo.

Mientras los vaciadores de YPF, los socios buitres y la banca acreedora han realizado grandes ganancias, la petrolera “nac&pop” del relato de la renacionalización se parece cada día más a una máquina de exprimir el esfuerzo de sus obreros y los recursos del país.

Por la nacionalización sin pago de toda la industria energética y el control de sus obreros, técnicos y profesionales. Por el desconocimiento de las sociedades leoninas contra YPF, que se publiquen de las cláusulas secretas del acuerdo con Chevrón y los fondos “off shore”.