Políticas
31/1/2022
Acuerdo con el Fondo Monetario: ¿Mejor que los anteriores?
Los otros veintiún acuerdos con el Fondo hundieron al país. Que no te mientan. La vez número veintidós no es la vencida.

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Tras el acuerdo del gobierno con el FMI los voceros oficialistas salieron a justificarlo con un relato que ya se ha oído muchas veces en el pasado. Como un calco de lo ocurrido en los veintiún acuerdos anteriores entre nuestro país y el Fondo, porfían en que esta vez “impulsará el crecimiento”.
Pero cabe preguntarse, ¿cuáles fueron las consecuencias para Argentina de los veintiún arreglos anteriores? Y, ¿por qué esta ocasión, la número veintidós, no es la vencida?
El FMI en Argentina
Argentina ingresa al FMI (y al Banco Mundial) en 1956, durante la dictadura militar encabezada por Pedro Aramburu e Isaac Rojas, apodada la Revolución “Fusiladora” por aplicar la ley marcial contra los levantamientos de junio de ese año y contra luchadores. El gobierno recurre al Fondo como parte de una política integral, en total alineamiento con Estados Unidos.
Eran los tiempos del “plan Prebisch”, que postulaba la apertura al capital especulativo y la desregulación del comercio exterior, las privatizaciones, la reducción del salario y la eliminación de los Convenios Colectivos de Trabajo. Los militares entregaron el gobierno en 1958 con la economía en default, una inflación descontrolada y una deuda externa de 1.800 millones de dólares.
Con Arturo Frondizi (UCR) en la presidencia de la Nación, fue concretado el primer acuerdo “stand by” con el FMI. La historia de su mandato es conocida: Frondizi prometió en campaña alentar el desarrollo nacional; pero, al llegar al gobierno, hizo exactamente lo contrario. Continuó la entrega al capital estadounidense y los ataques al movimiento obrero.
En la siguiente década los diferentes gobiernos -militares y civiles- acordaron una seguidilla de préstamos, cuyo destino mayoritario osciló entre el repago de créditos anteriores, el financiamiento de la timba financiera y la fuga de capitales.
Los detalles de los acuerdos con el FMI eran ocultados sistemáticamente a la población. Los ministros de Economía (Hacienda), entre ellos los liberales Álvaro Alsogaray y Adalberto Krieger Vasena, como ahora Martín Guzmán, solo adelantaban la necesidad de incrementar las tarifas de servicios y reducir el gasto público. Las cláusulas secretas estipularon -hoy lo sabemos- brutales recortes en el Estado y nuevas privatizaciones, además de un alineamiento estratégico con Estados Unidos.
En 1974 el peronismo en el gobierno reconoce los acuerdos “ilegítimos y fraudulentos” con el FMI contraídos por sus predecesores (es decir, por los golpistas del 1955). Con un guiño a Washington, paga el primer tramo de los empréstitos “stand by” con el Fondo, lo cual no cancela el grueso de la deuda externa argentina.
Un año después, a cuenta de la presidenta Isabel Martínez de Perón, el FMI extiende servicios de financiamientos especiales (“Compensatorio” y de “Petróleo”), que contribuyen al incremento del monto total de la deuda externa en un 62%. Es el período del famoso “Rodrigazo”, del ministro Celestino Rodrigo, basado en el aumento sideral de tarifas, devaluación y el congelamiento del salario.
https://prensaobrera.com/politicas/los-capitalistas-celebran-el-acuerdo-de-entrega-al-fmi
FMI y dictadura, genocidio económico
Tras el golpe de 1976, el Fondo premia a la Junta Militar con el regreso de los créditos “stand by”. A pesar de que las sumas recibidas se evaporan con la especulación financiera, el FMI solo cesa sus envíos tras las sanciones internacionales contra Argentina por causas de derechos humanos. Todo lo cual no priva a la dictadura de obtener financiamiento internacional vía triangulaciones y organismos financiados por Estados Unidos.
La sangrienta dictadura cívico militar no solo perpetra un genocidio contra los luchadores populares. Bajo la batuta del ministro José Martínez de Hoz, se devasta la economía del país y se refuerza la dependencia del imperialismo. Tras la estatización de las deudas privadas de las empresas, la deuda externa se consolidó en 45 mil millones de dólares, con un aumento del 364%.
En 1983 el presidente Raúl Alfonsín, al igual que el resto de los mandatarios hasta el presente, reconoce integralmente la deuda contraída por la dictadura. La consecuencia de esto fue la toma de más deuda para hacer frente a los vencimientos.
Una situación que puede repetirse en la actualidad ocurrió con las supervisiones del Fondo. A pesar de que el ministro José Luis Machinea insistía en que los acuerdos no comportaban ninguna presión del FMI, el organismo estimó que debía procederse a un ajuste de mayor envergadura. Pronto, el Fondo comenzó a retacear y condicionar los desembolsos destinados, como ahora, a afrontar los vencimientos con nueva deuda a corto plazo. En 1989, se vivió una escalada hiperinflacionaria que signó el fin del gobierno alfonsinista.
Durante los '90 se reforzó la relación con el FMI y otros organismos. Los préstamos fueron destinados a sostener la paridad del peso y el dólar de Carlos Menem y Domingo Cavallo (la convertibilidad), disimulando el creciente déficit exterior y rematando los activos del país. Ya al borde del estallido 2001, el FMI apuntaló los planes de “blindaje” y “megacanje”, un eufemismo para financiar la fuga de capitales ante la inminente devaluación, que terminó... con el default y un salto fenomenal del endeudamiento.
Bajo el kirchnerismo se constituyó un relato de “desendeudamiento”. En verdad, hubo un reconocimiento y pago de las estafas de la deuda usuraria, descartando hasta una elemental investigación de su origen y composición. Néstor Kirchner posó de intransigente en la negociación con el organismo, para terminar pagando en efectivo casi 10.000 millones de dólares con las reservas internacionales.
También entonces formaba parte de toda una orientación de rescate de la hipoteca defulteada. Parte de la deuda externa se transformó en “interna”: el kirchnerismo empapeló de títulos públicos las cajas del Estado (Banco Central, Anses), para cumplir con el repago de una reestructuración que terminó siendo un negoción que compensó con creces la quita inicial del canje de 2005. Así pesar de haber pagado 175 mil millones de dólares, la deuda públicaal finalizar el mandato de Cristina Fernández de Kirchner ascendía a 240 mil millones: 100 mil más que en el 2001.
https://prensaobrera.com/politicas/el-default-de-2001-fue-resultado-de-los-rescates-del-fmi/
Actualidad y FMI: ¿Cómo lo enfrentamos?
Más cerca en el tiempo, los préstamos “stand by” del FMI a Macri, consumidos en los pagos a los fondos buitres y fugados en beneficio de los capitales especulativos, asomaron al país al abismo y signaron los ataques brutales a los trabajadores.
Ahora, Alberto y Cristina convalidan esa estafa con un nuevo pacto humillante, que honra la deuda criminal del macrismo y aún más incrementará el endeudamiento tanto con el Fondo como con el resto de los organismos internacionales. Por añadidura, el acuerdo prevé la revisión trimestral por parte del organismo, es decir, un virtual cogobierno con el FMI.
A lo largo de las décadas gobiernos de todos los signos políticos pactaron con el FMI y su resultado siempre fue el mismo: pauperización de los trabajadores, entrega de los recursos nacionales, refuerzo de la injerencia imperialista y de sus agentes locales.
El gobierno nos dice que esta vez, la número veintidós, va a ser distinto. ¿Vos les crees?
Movilicemos, junto al Frente de Izquierda Unidad y las organizaciones combativas contra este nuevo pacto colonial con el FMI.
https://prensaobrera.com/politicas/un-pacto-humillante-con-un-duro-ajuste-y-un-cogobierno-con-el-fmi/
https://prensaobrera.com/politicas/un-acuerdo-que-hundira-la-economia-nacional-hasta-el-fondo