Políticas

30/1/1997|527

Acuerdo tripartito para entregar las Malvinas

Las noticias de las últimas dos semanas han confirmado al ciento por ciento nuestra denuncia de que, en la reciente reunión en Londres, se ha puesto en marcha el proceso de la entrega jurídica de Malvinas al imperialismo anglo-yanqui. La versión oficial decía que el asunto no había podido ser planteado por la delegación argentina en virtud del compromiso existente de no abordar nada relativo a la soberanía. Desde estas páginas conjeturamos que esta restricción había sido dejada de lado y presentamos como evidencia el acuerdo de la UCR con la fórmula de la ‘soberanía compartida’ expresada por el radical Alconada Sempé a pedido del gobierno menemista (Prensa Obrera, 16/1). Pocos días más tarde, Clarín recogía la información de los delegados kelpers a la reunión, de que “se encontraron con una propuesta de ‘condominio argentino-británico’ o ‘fórmula de las dos banderas’… ” (17/1). Luego del retorno de sus delegados a Malvinas, los kelpers denunciaban que habían sido engañados por el gobierno inglés, que les dijo que Argentina pretendía la reunión para declarar que renunciaba a la soberanía de las Islas. No se sabe, sin embargo, dónde está ese engaño, cuando la fórmula de ‘las dos banderas’ constituye, precisamente, una completa renuncia a la soberanía. Menem y Di Tella acabaron confirmando toda nuestra denuncia cuando, luego de negar que en Londres se hubiera hablado de soberanía, coincidieron en la reunión justicialista de Chapadmalal en decir que el asunto del ‘paraguas’ que impedía hablar de soberanía, había quedado “cerrado”.


Lo ocurrido demuestra que, como lo dijimos en el número anterior, el acuerdo radical con la ‘soberanía compartida’ había sido reclamado por los ingleses, como una prueba de que la propuesta no era una maniobra del menemismo sino una ‘política nacional’ con respaldo bipartidista. El gobierno de Major ya tenía la palabra del ejército argentino en el mismo sentido, a través de la ‘amistosa’ visita de Balza a Londres el año pasado. El régimen de las ‘dos banderas’ le resulta necesario al imperialismo, no sólo inglés, sino también yanqui, para permitir la explotación integral de los recursos petrolíferos, y en especial de los pesqueros, en el Atlántico sur. La fórmula ya había sido intentada en época de la Thatcher, cuando, según Camilión (La Nación, 16/1), se consideró alquilar el archipiélago a los ingleses por cincuenta años.


La existencia de un pacto nacional de la entrega no puede ponerse mínimamente en duda cuando se leen las declaraciones de radicales y frepasistas de los últimos días. “Lo relevante”, dijo Marcelo Stubrin, quien es nada menos que vice-presidente de la comisión de relaciones exteriores de Diputados, “no es este asunto (de la soberanía), sino lo temerario de poner fechas a esta negociación: decir soberanía compartida en el 2000” (Ambito, 21/1). Preguntado acerca de “si la idea del gobierno no implica renunciar a reclamos históricos del país”, Stubrin responde, suelto de cuerpo, que “no es lo más complicado”.


Algo parecido dijo el ‘canciller’ del Frepaso, Caputo: “La cuestión no es una fórmula de ese tipo, sino cómo se hace para sentar a los ingleses a negociar” (El Cronista,15/1). La evidencia del acuerdo tripartito es completa, en especial cuando se comparan estos dichos por Malvinas con los improperios con que los ‘opositores’ se refirieron a la cuestión de los Hielos Continentales. Curiosamente, el ‘nacionalista’ hielero Kirchner hasta ahora no ha abierto la boca sobre Malvinas. Pero cualquiera se da cuenta de que un acuerdo ‘compartido’con los ingleses exige que el asunto de los Hielos sea aprobado en conformidad con el acuerdo Menem-Aylwin-Frei. En suma, a los ‘nacionalistas’ hieleros, Malvinas les ha derretido su demagogia.


Es evidente que a ninguno de estos partidos entreguistas les interesaría comprometerse por anticipado con la entrega de Malvinas si no fuera un ‘asunto de Estado’ o de‘gobernabilidad’, lo cual quiere decir de interés para el imperialismo yanqui. Clinton ha desmentido que el gobierno norteamericano se postule como mediador en este tema, precisamente porque los lineamientos de fondo no necesitan mediador, ya que están completamente arreglados.