Aerolineas: convocaoria de estafadores
¿Una renacionalización "a la española"?
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El gobierno español, con la clara complicidad del argentino, está llevando hasta sus últimas consecuencias el desguace de Aerolíneas. Como anticipo de su quiebra fraudulenta, ha recurrido a una convocatoria de acreedores que no es tal, porque la Sepi no tiene la intención de seguir operando la empresa, ni puede, por lo tanto, llegar a un acuerdo con sus acreedores. La declaración de bancarrota le serviría para desconocer las deudas salariales y las indemnizaciones por los despidos que serían la consecuencia de la quiebra, así como las deudas con el Estado argentino, mientras por cuerda separada organiza un acuerdo con los bancos españoles acreedores y el pulpo europeo de construcción de aviones, Airbus. A pesar del carácter claramente fraudulento de la convocatoria, y del hecho de que implica la suspensión de los convenios de trabajo, varios sindicatos de Aerolíneas la saludaron como una vía para restablecer el funcionamiento de la empresa.
Es verdaderamente lamentable ver cómo las direcciones de los sindicatos de Aerolíneas dan como valederos, e incluso promueven, espejismos como una supuesta inyección de capital de la Sepi, o la venta de la empresa a un nuevo grupo capitalista, que inevitablemente contará con la participación de un operador internacional. Una venta de Aerolíneas estaría condicionada a despidos masivos, desconocimiento de los convenios de trabajo, reducción de salarios y la asunción de las deudas impositivas y fiscales por parte del Estado argentino. Pero cualquier venta implicará, además, un “ajuste” en las rutas de Aerolíneas, para que no entren en competencia con el pulpo que la adquiera. La venta de Aerolíneas es una variante del vaciamiento.
Incluso la pretensión de Terragno, publicitada por la revista XXIII, de que Aerolíneas tendría una salida a manos de una aerolínea alejada de las rutas latinoamericanas, carece de cualquier fundamento. Por una simple razón: esa aerolínea pondría en peligro su supervivencia si se metiera a competir en un área nueva, contra las firmas norteamericanas, en condiciones de sobreoferta de tráfico aéreo internacional.
Según los diarios españoles, el gobierno de Aznar estaría negociando con De la Rúa la renacionalización de Aerolíneas Argentinas, lo que significaría que la Argentina cargaría por lo menos con las deudas salariales, impositivas y previsionales, y que debería poner el capital para que AA vuelva a funcionar. Sería una renacionalización a pura pérdida, para proceder luego a una reprivatización. Cavallo se opondría a esta variante, esto porque sigue fogoneando el pasaje de AA al grupo Eurnekián, aliado con la yanqui Delta.
La única salida es la reestatización, bajo control obrero, desconociendo las deudas de los españoles y embargando las cuentas de los bancos e inversores españoles para cobrarse lo adeudado y reconstruir su capital de trabajo. Sin un ataque a los especuladores que se beneficiaron con el vaciamiento no hay salida; como tampoco la hay para el país si no se hace pagar a los especuladores de adentro y afuera que vaciaron a la Argentina.