Políticas

4/5/2023

Ahora Larreta: la CGT desfila por los despachos de los ajustadores

Una burocracia que se ofrece como garante de las reformas antiobreras.

CGT.

Los principales dirigentes de la CGT se reunieron con el jefe de gobierno porteño y presidenciable por Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, donde discutieron los principales ejes de un eventual gobierno de la oposición patronal y encontraron “sintonía” en planteos de reformas antiobreras, convenio por convenio.

La oportunidad tuvo lugar en ocasión de una reunión preestablecida por la deuda de alrededor de $600 millones que existe entre las obras sociales y el sistema de salud porteño por los testeos de Covid-19 realizados a sus afiliados en las dependencias públicas de la ciudad.

Por parte de la directiva cegetista participaron Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), a los que se sumaron Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Jorge Sola (Seguro). Mientras que por el otro lado estuvieron Horacio Rodríguez Larreta, el economista Hernán Lacunza y el subsecretario de Trabajo de la ciudad, Ezequiel Jarvis.

Larreta buscó acercarse a los dirigentes de la central obrera afirmando que no está en los planes de su eventual gobierno impulsar una reforma laboral que modifique unilateralmente la Ley de Contrato de Trabajo, sino avanzar en reformas convenio por convenio, con la participación de la burocracia sindical y las patronales.

Consciente de los reclamos patronales y de las implicancias sociales y laborales de la introducción de reformas antiobreras, Larreta busca tender lazos con una burocracia que se ha mostrado “participativa” de las medidas de ajuste del gobierno de Alberto Fernández, y que se ve permeable a modificaciones precarizadoras y flexibilizadoras en los convenios.

De Larreta a Grabois, las mismas “preocupaciones”

Entre los principales puntos tratados se destacan las reformas tendientes a “aliviar” las consecuencias del trabajo informal y la vulneración de derechos laborales por parte de las patronales.

Larreta le propuso a la CGT la modificación de la Ley de Empleo (24.013), que establece multas e indemnizaciones para el caso de irregularidades registrales y trabajo informal, para ir a un esquema de multas calculadas en base al 50% del salario mínimo de indigencia y cuyo resultado vaya a la “seguridad social” y no en provecho del trabajador afectado, como sucede en la actualidad.

En línea a lo planteado recientemente por el precandidato presidencial del Frente de Todos, Juan Grabois, Larreta también hizo énfasis en la necesidad de modificar el régimen indemnizatorio ante contingencias en la relación laboral con la excusa de defender a las Pymes de la “industria del juicio”.

Su planteo fue enfocado a la propuesta patronal de un Seguro de Garantía de Indemnización –Grabois propuso un “seguro de contingencias judiciales”– y a la igualación de regímenes como el de la construcción (Fondo de Desempleo) donde el trabajador debe pagarse su propia indemnización ante el caso de despido injustificado.

La burocracia cegetista se viene mostrando favorable a este tipo de modificaciones, como lo ocurrido en algunos gremios como Petroleros de Vaca Muerta y algunas ramas del Smata, o la propia reforma en la multinacional Toyota, con la excusa de la “modernización” de los convenios.

Una dirección para que pasen las reformas

Las reuniones y cabildeos de la CGT con los políticos capitalistas, luego de que estos (en su amplia mayoría) manifestaran su apoyo al ministro de Economía Sergio Massa y su potencial candidatura, es para ofertarse como los garantes de la “viabilidad” de las reformas antiobreras que discute la clase capitalista.

La reunión con Larreta se ubica en los marcos del texto de la CGT donde se reclama un “consenso” amplio de los políticos capitalistas, abriendo el paraguas para una eventual derrota del oficialismo en las elecciones presidenciales y buscando su lugar (servil) en un próximo gobierno.

Por su parte, Larreta se sirve de estos encuentros para diferenciarse de la candidatura de Patricia Bullrich, con menos cercanía y tacto con la burocracia sindical, lo que es visto por la clase capitalista como una necesidad, en tiempos de una ofensiva contra los trabajadores que esperan profundizar.

Esta misma CGT es la que había pactado con Macri la reforma laboral, en la que no se pudo avanzar debido a la resistencia contra la reforma jubilatoria del macrismo que preanunciaba nuevos choques y episodios con los trabajadores. Se imponga Larreta o Bullrich en una eventual interna, la burocracia cegetista seguramente se entregue ante uno u otro.

La clase trabajadora no puede esperar nada de esta dirección cómplice y partícipe del ajuste, que se dedica a sacar comunicados y a dialogar con los enemigos de clase de los trabajadores. La lucha por el salario y las paritarias, por la recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores, irá desnudando aún más el carácter de esta dirección entreguista, y abriendo paso a la intervención independiente de los trabajadores por sus reclamos.

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