Ajustar a los ajustadores
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No es cierto que a la Argentina se le agotó el crédito.
Hay 70.000 millones de dólares en los bancos y 30.000 millones en las AFJP. Pero en lugar de estar disponibles para el movimiento comercial e industrial, están acaparados y confiscados en títulos de la deuda externa.
El Banco Central tiene 25.000 millones de dólares en sus reservas, pero en lugar de servir como respaldo a una política que satisfaga las necesidades de la mayoría del país, están colocados en los bancos del exterior, con lo que financian la especulación contra la economía argentina.
Los banqueros niegan el crédito, pero el Banco Central les ha prestado a ellos, a un interés subsidiado del 9%, una suma superior a los 800 millones de dólares que los banqueros "prestaron" al gobierno, el martes pasado, a tasas de interés usurarias.
El problema no es la falta de crédito sino el monopolio que los banqueros tienen del ahorro nacional, que lo usan para renegociar, recomprar y recurrar con la deuda externa.
Para reforzar este monopolio, el gobierno de De la Rúa-Cavallo plantea ahora reducir los salarios en forma directa, además de desmantelar el Pami y la Anses, y pagar los sueldos en bonos sin respaldo y tickets-canasta.
La convertibilidad plena para que los banqueros se lleven la plata afuera, se convierte en una inconvertibilidad absoluta para los obreros y los asalariados.
El régimen monetario desnuda de este modo lo que más ha buscado ocultar, o sea que una cosa es la moneda para el capital, y otra cosa diferente para la fuerza de trabajo. Ya no alcanza con remunerar en forma diferente, con la misma moneda, al capital y al trabajo. Cuando los métodos tradicionales de superexplotación tocan un límite, la propia moneda deja de tener el mismo valor para todo el mundo. Aumenta la tasa de interés para los banqueros, se reducen por decreto los ya bajísimos salarios de los trabajadores.
El problema no es entonces el "crédito", el "gasto", o el "financiamiento". El problema es quién controla los recursos que crea el trabajo: si los banqueros y grandes capitalistas o los trabajadores. Quién debe ajustar a quién.
Ajustar a los explotadores significa nacionalizar bajo control obrero a los bancos y a las AFJP. Significa cesar el pago de la deuda externa ya holgadamente pagada con tasas usurarias.
Esta salida es la única para que la crisis no la paguen los explotados. Ella es incompatible con el gobierno De la Rúa-Cavallo. Por eso el PO dice: que el gobierno pase a manos de una Asamblea Constituyente en la nación y en cada una de las provincias y municipios.
Llamamos a todas las organizaciones luchadoras a luchar con este planteo por una salida obrera a la bancarrota capitalista.