Políticas

17/3/2023

Ajuste recargado en el primer bimestre del año

Según los datos de la OPC.

Massa comenzó el 2023 profundizando el ajuste.

El ajuste fondomonetarista recrudeció en los primeros dos meses del año, en los cuales se redujo el déficit fiscal un 45,3% respecto al mismo período del 2022 en términos reales, a pesar de la caída del ingreso (-7,3%) tras la menor recaudación por retenciones debido a la sequía. En cambio, el déficit financiero (que contempla el pago de intereses de deuda pública) aumentó 8,7% real interanual, mostrando que el gobierno afila sus tijeras sobre el gasto público pero es generoso con los acreedores de la deuda.

Los datos se desprenden del informe de ejecución presupuestaria publicado por la Oficina de Presupuesto del Congreso. El mismo arroja que, en el primer bimestre, el gasto primario cayó 2,3% real en términos interanuales, producto de las variaciones negativas en el presupuesto devengado para jubilaciones y pensiones (-2%), asignaciones familiares (-31,8% y -2,7% en el caso de la AUH), políticas alimentarias (-2,8%), subsidios energéticos (-32,5%) -lo cual es compensado con tarifas más caras para los usuarios-, transferencias a provincias (-38,3) -compensado con impuestazos sobre el pueblo- y transferencias a las universidades (-1,1%).

Por otro lado, también se desplomó la inversión real directa en un 17,3% en comparación interanual, erogaciones destinadas fundamentalmente a financiar la obra pública y la construcción de viviendas sociales.

Como vemos, las víctimas principales del ajuste comandado por Massa es la población más vulnerable: los jubilados, las infancias y quienes necesitan de la asistencia social para sobrevivir, cuando la canasta alimentaria trepó 19,8% en esos dos meses. Asimismo, esta orientación pisotea aún más el derecho de las mayorías a acceder a una vivienda digna y a la educación pública; a la vez que agrava la carestía mediante tarifazos en los servicios y la suba de impuestos provinciales. Un rumbo antipopular por donde se lo mire.

El informe de la OPC muestra a las claras cómo el gobierno se vale de la estampida inflacionaria de enero y febrero -que erosiona los salarios- para licuar más todavía el gasto público, y así poder cumplir con las metas fiscales del FMI.

Cabe destacar la impostura de La Cámpora, que publica un comunicado para criticar el carácter ajustador de las nuevas condiciones del FMI, pero no dice una sola palabra sobre el derrumbe del gasto social producido durante en el primer bimestre vía inflación. Por el contrario, la única vez que Cristina Kirchner se refirió públicamente a la gestión de Massa fue para halagarla.

Pago de intereses

A diferencia de lo ocurrido con las partidas mencionadas, en los primeros dos meses del año sí creció el gasto en intereses de deuda pública, en un 34,8% interanual por encima de la inflación del período. Esto incluye el pago de intereses usurarios al FMI, a los bonistas privados que ingresaron en el canje y a los tenedores de títulos Tesoro. La austeridad del Frente de Todos hacia los sectores populares contrasta con el trato generoso que recibe el capital financiero.

En enero y febrero, lo ejecutado en concepto de intereses de deuda pública sumó $550.000 millones, casi seis veces más que lo devengado en el Potenciar Trabajo, casi cinco veces más que lo transferido a las universidades, 25 veces más que lo invertido en Becas Progresar y más de seis veces el gasto en AUH.

Eso, sin contar el pago de intereses de las letras del Banco Central, por $1,22 billones en el acumulado bimestral. Algo que se agravará con la nueva suba de tasas de la entidad, que lleva la efectiva anual de las Leliqs al 113,2%, garantizándole a la banca rendimientos por encima de la inflación. Como consecuencia, se encarecerá más aún el crédito industrial, atentando contra la actividad económica y por lo tanto contra la recaudación tributaria, lo cual será compensado con mayor ajuste para llegar al déficit del 1,9% del PBI que exige el Fondo para fin de año.

Fuera el FMI

El programa del FMI, adoptado por el peronismo y la oposición de derecha, promete seguir hundiendo en la miseria a nuevas capas de la población. Por eso debemos derrotarlo en las calles, echar a todos los políticos capitalistas que lo sostienen y dar lugar a una salida de los trabajadores. Hay que ajustar a los especuladores, repudiando la deuda usuraria.

 

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