Políticas

19/12/1996|524

Ajuste y abandono: ¡El verdadero virus!

El rebrote de Hantavirus aparecido en el mes de setiembre en El Bolsón, dejó al descubierto la política de recorte y ajuste que ha sufrido la provincia de Río Negro en materia de salud.


Mientras las víctimas fueron trabajadores, no se dio mayor difusión al tema, y por expreso pedido de algunos integrantes de la Cámara de Comercio y Turismo, se cajoneó información sobre métodos de prevención.


La muerte de un médico de prestigio fue el detonante para que la población, de medios y altos recursos económicos, dejara de considerar a la enfermedad como patrimonio de los pobres; y por su parte, los sectores de menores recursos comprendieron cuán expuestos a la muerte están, considerando las condiciones de deterioro crecientes del hospital local, la falta de una ambulancia, ausencia de una sala de terapia intensiva, inexistencia de un respirador, etc. (la lista de carencias es larga). Se constituyó así la primera asamblea popular, que reunió a alrededor de 800 personas, quienes en un ambiente de mucha confusión, miedo y bronca, plantearon dos reclamos centrales: ¡Que la plata la controle el pueblo!, y ¡Que renuncie el director del hospital! (personaje que durante años tuvo la virtud de ‘caer parado’ después de cada gestión mal realizada).


En esta oportunidad, se vieron obligados a visitar El Bolsón el ministro de Salud Pública de la provincia, el secretario de Gobierno y otros integrantes del gabinete provincial. La asamblea los repudió a todos, obligándolos a huir como ratas (comparación que para el caso cae a medida).


El deterioro de la salud pública en la provincia se evidenciaba en cada información que aparecía en los medios nacionales: análisis realizados después de producirse el deceso de un paciente, un foco infeccioso que no fue atacado y cobró nuevas víctimas, acumulación de basura en escuelas y lugares públicos, falta de información o información errónea sobre tareas de prevención, presencia de ambulancias prestadas por la Policía Federal… fueron temas de preocupación y debate de los bolsonenses durante los meses de octubre y noviembre.


En este clima se llegó a la visita de Menem y parte del gabinete nacional y provincial, quienes protagonizaron la parodia más infeliz de la historia bolsonense, al comer una guinda en un palco custodiado por sus cuatro costados por gendarmería y guardaespaldas personales.


Durante las jornadas previas al acto, el activismo de El Bolsón realizó dos asambleas importantes en el Concejo Deliberante.