Políticas

25/5/2020

Alarma en La Plata: el coronavirus llegó a casi todos los barrios de la región

En el último informe municipal, la curva de contagios en La Plata ha pegado un salto con 14 nuevos casos positivos. Con la suma de 4 contagios en Berisso, el Gran La Plata (región comprendida entre La Plata, Berisso y Ensenada), pata suroeste del Area Metropolitana (Amba), ha duplicado sus contagios que se extienden por toda la región platense, incluyendo los hospitales San Martín, Gutiérrez, el privado Italiano, familiares de trabajadores del polo Petroquímico, un familiar de un trabajador del Astillero Río Santiago, la cárcel de Gorina, el barrio Islas Malvinas, entre otros sectores de importantes concentraciones obreras y populares. A su vez, el mayor porcentaje de infectados representa a personal de salud con un 30,6%.


De los casos confirmados, el 25,5% corresponde a contagios de origen comunitario, quedando los importados en un 6%.


Esta situación se da en el marco del levantamiento de hecho de la cuarentena del intendente Julio Garro (Cambiemos), con la venia del gobernador Axel Kicillof. Garro tomó impulso aprovechando una supuesta semana “sin contagios” y fue a fondo para conseguir la autorización provincial de diferentes rubros no esenciales, entre ellos 12 importantes industrias de la región A la par, Kicillof, como reconfirmó en la conferencia de prensa del sábado, había autorizado a más de 500 fábricas de la provincia, aumentando la circulación poblacional, que la semana pasada representaba traslados diarios de 500 mil personas del Conurbano a CABA, y la concentración de miles de obreros en las industrias, sin ningún tipo de control del Estado sobre protocolos de seguridad e higiene.




En la ciudad hay casos confirmados en 14 delegaciones, de las 18 en las que está dividida el municipio platense, y en los distritos industriales y obreros de Ensenada y Berisso (ver gráfico). Aun así, el problema en el municipio puede ser mayor dado que la provincia no brinda datos precisos, lo cual es gravísimo, como así lo confirma el secretario de Salud del municipio Enrique Rifourcat: “es muy difícil hacer el seguimiento caso por caso porque no tenemos información de todos los pacientes y no siempre es accesible”.


Los barrios con mayor cantidad de infectados corresponden a los de mayor densidad poblacional. En el Casco Urbano hay 38, en Los Hornos hay 13, y Tolosa y Villa Elvira tienen 10 cada uno. El mismo secretario de salud del municipio afirmó que “el virus está disperso por toda la Ciudad… está circulando de la misma manera que lo está haciendo en el AMBA (Area Metropolitana)”.


Los Hornos y Villa Elvira preocupan aún más porque son barrios con deficiencias estructurales de décadas en provisión de servicios básicos, como el agua, la luz, cloacas, gas y recolección de basura. Esta situación se repite en los 240 asentamientos precarios que tiene la ciudad, que hoy es la región del AMBA que más asentamientos precarios contiene.



En un último informe de ABSA (Aguas Bonaerenses) se admite que proveen menos de la mitad de agua demandada por falta de inversiones. Esto lo han reconocido ante los reclamos en múltiples barrios platenses. Estos barrios son de la periferia y también cercanos al casco urbano. Este servicio es sumamente necesario ante la pandemia y otras enfermedades, que suelen circular en las barriadas por la impresionante falta de redes cloacales en un 90% del territorio de los asentamientos.


Los cortes de luz ante el más mínimo inconveniente se prolongan por días, generando pérdidas de alimentos y falta de agua corriente. La falta de acceso seguro al servicio de la electricidad es de alrededor de un 70%. En la avenida 137 y 80 familias trabajadoras de la zona realizan piquetes exigiendo que se resuelva la provisión.


Frente al invierno, un 80% no tiene acceso a la red de gas. Si se añade la profunda precarización laboral que golpea a estas 38 mil familias que deben salir a la calle cotidianamente a buscar el pan para poner en la mesa, el terreno para el avance de la pandemia es hoy aún más fértil que antes de la cuarentena, con una miseria mayor y un sistema sanitario desfinanciado.




Por una salida de las y los trabajadores


El impacto de la pandemia en las barriadas periféricas es responsabilidad del intendente Julio Garro cuya orientación política de gobierno ha sido para beneficio de las grandes inmobiliarias y de los industriales de la región, a quienes responde levantando la cuarentena. Es necesario un impuesto extraordinario a estos grupos económicos para financiar la provisión de emergencia de servicios básicos y asistencia alimentaria en los barrios, como también el fin del pago de la deuda provincial, para poder garantizar un subsidio al parado de 30 mil pesos y la provisión de insumos y herramientas para acceder a la educación virtual y a la salud.


Para frenar la bronca que crece en las calles platenses Garro ha formado comités de crisis barriales junto a la burocracia sindical que entrega los reclamos y la Iglesia que pide levantar la cuarentena. La organización independiente del Estado de las y los trabajadores en los lugares de trabajo, de estudio, y en los barrios es central para luchar sin ataduras hasta que el gobierno cumpla con estos reclamos. Las primeras reincorporaciones en Educación, con la Junta Interna combativa a la cabeza, son ejemplo de ello.