Políticas
14/6/2019
Alberto Fernández también seduce a “los mercados”
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Para cuestionar la repercusión que dieron los medios a la reacción del mercado por la sumatoria de Pichetto al armado electoral de Macri, el candidato a presidente por el PJ-kirchnerismo afirmó que cuando se anunció su candidatura “también bajaron el dólar y el riesgo país”.
Con estas declaraciones, Alberto Fernández reafirma su intención de disputar al gobierno el visto bueno de los capitalistas. Finalmente, ese es el objetivo central por el cual Cristina depuso su candidatura y nominó a alguien más “amigable”, es decir a un crítico de las retenciones al campo y de la estatización de las AFJP, solo por mencionar algunos casos resonantes.
Para retratar su función de puente con el peronismo más derechista, Fernández declaró en una cena con empresarios que “cuando le di la mano a Sergio (Massa) sentí que mi tarea de buscar la unidad estaba cumplida”. Recordemos que el massismo garantizó la aprobación de las más de cien leyes de ajuste del gobierno, apoyó el golpe en Venezuela, reclamó mano dura y la lista podría seguir.
Deuda externa…
En el mismo evento, osó denunciar que “estamos virtualmente en default. Sólo la fantasía de que nos sostiene el Fondo nos hace creer que no estamos en default", pero solo para inmediatamente agregar que eso "no quiere decir que no vamos a pagar la deuda, pero quiero ser honesto a quienes les debemos". Se trata de una afirmación que repite cada vez que abre la boca. El otrora vice de Economía de Axel Kicillof, Emmanuel Álvarez Agis, ya había declarado que “la prioridad es que Argentina no vuelva a un escenario de default con los acreedores privados”, ¡la prioridad!
En esa comida con empresarios Pyme, les reclamó que "hablen con sus empleados y les digan que esta vez no se vuelvan a equivocar" a la hora de votar en las elecciones. Con esto Alberto no hace más que copiar el libreto de Macri: extorsionar a los trabajadores, que son quienes sufren la ofensiva hambreadora del régimen del FMI.
El portal Infobae (13/6) difundió algunos pasajes de la plataforma que habrían presentado Fernández y Massa al inscribir la alianza “Frente de Todos” en la Justicia Electoral. Allí redunda en afirmar que “el sobreendeudamiento, deberá abordarse a través de acuerdos amplios con los acreedores” y “generar un excedente genuino de divisas para garantizar el crecimiento económico y afrontar los vencimientos de deuda externa de los próximos años". Es decir, la plata será para los que especulan con la quiebra del país.
… y reforma laboral
En aquel documento también explicitan la intención de convocar a una “mesa de concertación de precios y salarios” entre empresarios y sindicatos, con la intención –aclara- de avanzar en “la mejora del salario consistente con el aumento de la producción y la productividad”, un eufemismo para comprometerse con la flexibilización laboral, atando la remuneración a cláusulas de superexplotación. Así, se ahorraron poner por escrito su disposición a emprender la reforma laboral que reclaman el FMI y toda la burguesía. Por lo demás, las “mesas de concertación” han sido siempre para maniatar a los trabajadores. Su propuesta de recrear un Ministerio de Trabajo tiene entonces el fin reaccionario de tutelar a las organizaciones obreras ante tamaña ofensiva.
Cabe señalar que la reestructuración de deuda y la reforma laboral son dos caras de la misma moneda: la condición del FMI para reprogramar los pagos será el avance de las llamadas “reformas estructurales”, entre las que se incluye también la reforma previsional.
En el plano de la política internacional, más allá de frases vacías sobre revivir a la Unasur, evitan tomar posición ante la embestida golpista del imperialismo en Venezuela. Recordemos que Cristina no se ha pronunciado sobre el punto y que Massa directamente expresó su apoyo al autoproclamado presidente Juan Guaidó y recibió a su representante en el país, Elisa Trotta. El nacionalismo burgués argentino ha perdido toda ficción antiimperialista.
Contra el intento de reafirmar una polarización contra los trabajadores, que se presenta como una extorsión cruzada entre antimacristas y antikirchneristas, el Frente de Izquierda dará batalla por una alternativa política propia de la clase obrera para que la crisis la paguen los capitalistas.