Políticas

31/5/2022

Alberto Fernández va a la cumbre de Biden

La subordinación del gobierno al imperialismo.

Fernández finalmente participará de la Cumbre

Después de algunos amagues, el presidente Alberto Fernández confirmó su presencia en la Cumbre de las Américas que se desarrollará entre el 6 y el 10 de junio en Los Ángeles, y que tiene por anfitrión al gobierno de Joe Biden.

El imperialismo excluyó unilateralmente del encuentro a Cuba, Nicaragua y Venezuela, alegando que se trata de gobiernos no democráticos. Una hipocresía mayúscula viniendo de la potencia que en los últimos años apoyó los golpes de Estado en Honduras y Bolivia, y que sostiene alianzas en el plano internacional con Estados como Arabia Saudita e Israel.

Que no, que sí

El gobierno argentino -al igual que otros gobiernos latinoamericanos- había puesto en duda su participación, debido a las exclusiones, pero tardó poco en retractarse. Es que se encuentra subordinado a Washington, en el marco del pacto con el FMI. Por eso, sus críticas tienen mucho más de puesta en escena que de desafío real (vale agregar que la vice Cristina Kirchner viene de reunirse con el embajador estadounidense y la jefa del Comando Sur para la región).

Frente a las objeciones en el subcontinente, Biden envió a la región a un funcionario -Christopher Dodd- como parte de un operativo de presión. Además de entrevistarse con Fernández en Buenos Aires, “convenció” a los mandatarios Gabriel Boric de Chile y Jair Bolsonaro de Brasil, cuya reticencia a asistir -al igual que la del presidente de Guatemala- no obedecía por supuesto a una solidaridad con los países vetados sino a otros motivos, que exceden el propósito de este artículo.

En el terreno del llamado Grupo de Puebla, no solo Fernández se contradijo. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que aún condiciona su participación personal en el cónclave, ya ha aclarado que en cualquier caso estará presente su canciller Marcelo Ebrard. Y se ha encargado de llenar de elogios a Biden.

Más aún, según una reconstrucción de Infobae (31/5), el propio mandatario azteca habría recomendado a Fernández que participe en la cumbre, como una especie de representante de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en la que Buenos Aires ocupa la presidencia pro tempore). AMLO, recordemos, sostiene un pacto con la administración norteamericana que convierte a México en un muro para la migración centroamericana hacia los Estados Unidos.

En el medio, los gobiernos de México y Argentina abortaron incluso la posibilidad de realizar una “contracumbre” simultánea de los países de la Celac, en la misma Los Ángeles. Para que sonara aún menos desafiante, la Cancillería argentina devaluó el planteo a un almuerzo o cena, según Clarín (29/5). Pero hasta esa variante se desestimó.

Así las cosas, todo quedaría reducido a una referencia crítica de Fernández en su discurso en la Cumbre de las Américas a la exclusión de los tres países. Será, en definitiva, como ha pronosticado ya el expresidente uruguayo “Pepe” Mujica, “más ruido que nueces” (Página 12, 28/5).

Venezuela también alentó la participación de Fernández, porque quiere mantener un canal abierto con la Casa Blanca. Es que Caracas ha emprendido un severo ajuste y una reprivatización petrolera a la que ha invitado reiteradamente a Washington a participar.

El desaguisado de la Cumbre de las Américas muestra así los límites del arco “nacional y popular”.

“Patio trasero”

Ahora, el imperialismo está ejerciendo una fuerte presión sobre el bloque llamado Caricom (comunidad del Caribe), según ha reconocido John Briceño, titular del mismo y primer ministro de Belice. Muchos de los Estados que integran dicha entidad tienen lazos con Caracas por el petróleo, y habían enviado una petición a Washington el mes pasado para que se aceptara a Cuba, Venezuela y Nicaragua. El espacio se encuentra dividido; algunos de sus gobiernos podrían no asistir o enviar referentes de segunda línea.

La Cumbre de las Américas está siendo usada por la Casa Blanca como una manera de disciplinar lo que considera su “patio trasero”, en momentos en que su dominio se encuentra más cuestionado a nivel global y crece la influencia en nuestro continente de China. A pocas semanas de su gira por Asia, en que ratificó su respaldo militar a Japón y Corea del Sur, Biden buscará también emblocar al subcontinente en su cruzada contra el gobierno ruso.

El nacionalismo burgués no puede llevar a cabo una lucha consecuente contra el imperialismo. Esa tarea corresponde a la clase trabajadora.