Políticas

7/10/1987|201

Alende: ¡viva Caridi!

La semana pasada el Dr. Oscar Alende se pronunció en apoyo de Caridi. Alende calificó nada menos que de “excelente” el planteamiento de éste, relativo a la “unidad nacional”; sostuvo que era “muy lógico el reclamo de mayor presupuesto” militar; y hasta legó a a poyar “un requerimiento que me parece muy lógico con respecto a os problemas de defensa, sobre todo la parte de la Patagonia” (Clarín, 28/9). Pocos días después, junto a Alsogaray y los radicales, don Alende votó en contra de que la sesión de la Comisión de Defensa de Diputados con Jaunarena para tratar la última crisis militar fuera pública. Lo que se llama un demócrata.

Es sabido que bajo el planteo de unidad nacional” el alto mando militar viene exigiendo la amnistía completa, la reivindicación política del genocidio perpetrado por la dictadura militar y liberación de los ex-comandantes. Este es un planteamiento común a las distintas alas del Ejército, lo que muestra su naturaleza contrarrevolucionaria. Dentro del Ejército, Caridi presenta al alto mando que busca reorganizar al generalato de la mano del imperialismo yanqui, como un aspecto central de la política de reconstrucción de un Estado fuerte en defensa de la propiedad privada y la explotación obrera. Alende ha concluido en el apoyo a la fracción proyanqui y provideliana del Ejército. Inclusive ha ido más lejos porque reinventó el expansionismo chileno para justificar un mayor presupuesto a las FFAA y la instalación de nuevas unidades militares en el Sur.

Estás declaraciones de don Alende son la culminación de una orientación política de defensa del régimen burgués que rápidamente mostró su hilacha contrarevolucionaria. Alende firmó el Acta de capitulación en Semana Santa, de la que salió la obediencia debida, antes saludó el lanzamiento del plan Austral, y aún con mayor anterioridad el acuerdo de Grinspun con el FMI. Acaba de publicar un artículo en Clarín (1.10) donde no alude una sola vez a la deuda externa y donde propone un pacto con la UCR y el PJ, que ha pasado a ser la preocupación N° 1 del régimen burgués.

Alende ha terminado por demoler el edificio intransigente, totalmente inclinado hacia la derecha.