Alfonsín explica por qué detuvo a los militantes chilenos
¡Libertad a los compañeros!
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El porvenir del proceso político chileno se ha convertido en objeto prioritario de preocupación para los gobiernos del continente, los cuales, incapaces de pensar por cuenta propia, evidencian con ello los temores del imperialismo. Varios presidentes latinoamericanos, entre ellos Alfonsín, viajaron miles de kilómetros para encontrarse en Ecuador, formalmente para asistir a la asunción de un nuevo presidente, pero donde “la cuestión chilena se convirtió a todas luces en el eje de los contactos que tanto formal como Informalmente mantuvieron en Quito los políticos, diplomáticos y gobernantes presentes” (Página 12, 13/8/88). También Fidel Castro fue convocado para discutir la cuestión chilena, “tema central de la entrevista” que mantuvo con Alfonsín, en una de las muy escasas invitaciones que ha recibido el primer ministro cubano para visitar América Latina.
Preocupación
La preocupación de quienes han timoneado recientes procesos de “institucionalización”, como Alfonsín o el uruguayo Sanguinetti. es comprensible. Ellos han experimentado en carne propia que la preservación del "orden” durante el pasaje de los regímenes dictatoriales a los seudo- constitucionales depende del estrangulamiento de la lucha de los trabajadores por parte de la burocracia sindical y de aquella izquierda que considera “prematuro” el combate por un gobierno anticapitalista de trabajadores.
Esta preocupación se corresponde con el armazón “constitucional” que Pinochet ha armado en Chile, de manera de asegurar, si no la continuidad de su gobierno, al menos la de su régimen. Los mecanismos han sido previstos hasta en sus menores detalles para que ante la eventualidad de una derrota de Pinochet en el próximo plebiscito, la camarilla militar gobernante retenga férreas posiciones para condicionar el proceso político durante una larga “transición”.
Lo que no podría ser previsto es la consistencia de todo este complicado mecanismo institucional para soportar la crisis económica mundial y nacional y la acción directa de las masas, que quieren liquidar a la odiada y sanguinaria dictadura trasandina.
De allí que hayan aparecido voces, como la del Episcopado chileno, que reclaman que el candidato presidencial para el plebiscito sea una figura de "consenso”. Preocupación compartida por lo menos por dos miembros de la actual Junta Militar chilena. Para el jefe de la Fuerza Aérea, la propuesta sería interesante, aunque tardía, mientras que el Jefe de Carabineros la considera viable cuando faltan pocos días para la nominación oficial del candidato, que se debe efectuar el 30 de agosto.
Los presidentes latinoamericanos, por su parte, salieron a respaldar la participación de la multipartidaria chilena en el plebiscito, sabiendo que sobre ella va a recaer el esfuerzo de disciplinar a las masas y contener la crisis política. Se ha formado una red de seguridad internacional de las “democracias", que es una extensión de la red nacional de seguridad constituida por el imperialismo.
Detenciones
En la entrevista, Alfonsín le explicó sin tapujos a Fidel Castro por qué detuvo a los militantes de la resistencia chilena en Buenos Aires: “esta gente está contra el plebiscito, su acción es desestabilizadora" (Página 12,12/8/88). Alfonsín atacó ante Fidel al sector del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que, en disidencia con el PC chileno, ha resuelto boicotear el plebiscito. Para este sector del FPMR, según b declaró su jefe José Miguel, el plebiscito es “la definitiva institucionalización de la dictadura” (Página 12,13/8/ 88).
El presidente argentino ha terminado de clarificar las detenciones. No fueron una casualidad ni una “travesura” de Pirker o de los “servicios”, como lo sostiene el PC argentino. Es una decisión perfectamente calibrada por el conjunto del régimen político local. Por eso ni la UCR ni el PJ abrieron oficialmente la boca sobre el episodio represivo. Los gobernadores del PJ de Mendoza y Jujuy sí fueron explícitos, al llamar a la “colaboración” y el “apoyo” al régimen chileno.
El ataque va más lejos que una represión selectiva. “Este giro —dice Página 12— coincide con la estrategia argentina, en sus relaciones con la oposición chilena, de separar al PC del FPMR y aproximarlo a la oposición centrista”. “No los queremos fuera del sistema"—le dijo Alfonsín a Fidel en Quito— según la versión directa del gobierno citada en el mencionado diario. Es evidente que se refiere al PC de Argentina, y no de Chile, el que ya ha decidido ir al plebiscito y que rompió hace varios meses con el FPMR.
Ultimátum
En la misma entrevista, Alfonsín le advirtió a Castro que el accionar contra el pinochetismo “puede hacer Inestable todo el Cono Sur”.
Este planteo, así como las bravatas de Alfonsín en general, no son otra cosa que el alto signo de la debilidad de un régimen político completamente agotado. El Pentágono ha estado presionado claramente a la “democracia" argentina. Shultzfue derecho al grano en su reciente visita a Buenos Aires: “Se trataron los problemas de la región”, dijo. Precisamente, pocas horas antes de su llegada fueron detenidos los militantes chilenos y cuando apenas se había ido el general Vuono, ¡efe del Pentágono. El dúo Vuono-Shultz dejó planteado el ultimátum. La "democracia" capituló, dejando de lado su muletilla de “repudio” al pinochetismo. ¿Dónde están los Manzano, los Grosso, los Digon, los Stubrin de ayer? ¡Callados, haciendo los deberes!
Pasemos a la acción
Este llamado latinoamericano a sostener al pinochetismo debe ser enfrentado con el único camino posible: la movilización unitaria de toda la izquierda por la inmediata libertad de los militantes chilenos, la realización de actos en donde denunciemos la maniobra de la burguesía nacional y el imperialismo.
Llamamos también a apoyar prácticamente la lucha de las masas chilenas