Alicia Castro en la diáspora K
¿IU con el "kirchnerismo crítico"?
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Alicia Castro ha presentado su candidatura para renovar su cargo como diputada, esta vez por una “nueva alternativa política”. Según Página 12 (16/6) “el nuevo espacio de centroizquierda está formado por el Frente para el Cambio y el Partido Socialista Auténtico”, a los que se sumarían un par de legisladores porteños, Brunati, el otrora fundador del Frepaso, y Cartañá, el ex defensor del Pueblo, igualmente borrado desde hace un lustro.
La nueva coalición centroizquierdista ha dado a conocer una “Proclama”. La misma lamenta que “en la actual circunstancia histórica las elecciones dividen a las mayorías” y rechaza que sean “para plebiscitar al Presidente u oponerse a él como enemigo público número uno”, porque sería una “falsa opción”. Con esta excusa Alicia Castro evade una oposición al gobierno, o sea que es un ala (externa) del kirchnerismo.
Alicia Castro propugna un “salario de ciudadanía que suprima de cuajo (sic) la indigencia”, pero, al igual que otros ‘opositores’ oficialistas (como el ARI) no plantea el aumento general de salarios. Es decir que quiere ayudar a los más (sic) pobres redistribuyendo… la pobreza.
Castro no tiene vergüenza en afirmar que “sobran los migrantes internos condenados a la miseria en la periferia de los grandes centros urbanos que volverían con gusto a su pago si pudieran asegurarse una existencia digna”. A la población agraria expulsada de sus tierras para plantar los intensivos cultivos industriales (soja), hacinada en las villas miseria de las grandes urbes, no se les propone elevar su nivel de vida ciudadano sino una política a lo Pol-Pot (el dictador stalinista camboyano que obligó a centenares de miles a emigrar de las ciudades al campo, matando —y no sólo de hambre— a decenas de miles). Quiere “brazos” para las cosechas. También plantea “socializar la propiedad de la tierra improductiva” (Carta del Frente para el Cambio, 14/5), es decir hacer nuevos repartos de tierras fiscales.
Alicia Castro pretende que se plebiscite “si la sociedad está de acuerdo con mantener como acreedor privilegiado al FMI”. O sea, ofrecerle, como a los demás, un título ajustado por inflación.
Castro y el nuevo frente centroizquierdista plantean mejorar la “democracia”. Propugnan una “democracia participativa” de plebiscitos, referéndums y “descentralización”. Esto, luego del referéndum de Ibarra o la ley de Comunas, es una pobre definición. El centroizquierdismo propone, en cambio, emplastos que maquillen el Estado de funcionarios corruptos y capitalistas protegidos.
El neocentroizquierdismo de Castro defiende la revolución… bolivariana de Chávez, pero, a diferencia de Chávez, se quiere ahorrar el alzamiento popular que dio paso a la “revolución bolivariana”: Parasitan de Venezuela.
Según Página/12, Castro “mantiene negociaciones con Izquierda Unida y el socialismo en busca de ampliar el frente electoral para octubre” (16/6).
Echegaray, el secretario general del PC, viene pregonando un frente con Castro y los social(ibarr)istas de Polino. Hace un par de semanas sacó un comunicado conjunto con Castro. IU quiere incorporarse al “kirchnerismo crítico”.