Políticas

31/1/2008|1025

Almirante Brown :El atentado contra el intendente Giustozzi


Rubén Giustozzi, el nuevo intendente de Almirante Brown, fue blanco de un atentado criminal. El vehículo oficial que habitualmente traslada al intendente recibió el impacto de dos balas, disparadas desde un auto con vidrios polarizados. En ese momento, Giustozzi no viajaba en el vehículo. De acuerdo con los primeros peritajes, si el asiento trasero hubiese estado ocupado, el pasajero habría sido alcanzado por los proyectiles. "Zafaste, la próxima sos boleta", grabaron en el contestador del celular del intendente (Perfil, 26/1).


Los autores del atentado actuaron con total impunidad, al punto que persiguieron al auto oficial durante cuarenta cuadras.


El atentado se produce en medio de un enfrentamiento entre el intendente y las camarillas desplazadas del distrito, que pertenecen al histórico aparato del PJ local, conducido por Jorge Villaverde.


De todos modos, el atentado representa una línea de ataque e intimidación contra los trabajadores y el movimiento popular. Mediante esta acción se pone sobre aviso a quienes en el futuro nos organicemos y nos movilicemos por nuestros reclamos. Es el método de las patotas, que ya se está aplicando contra organizaciones obreras independientes en todo el país.


Un escenario nuevo y caliente


La figura de Villaverde sirvió para construir un gigantesco edificio que unía al poder local con diversos intereses capitalistas: la patria contratista, el juego, el transporte y las empresas radicadas en el distrito. Giustozzi proviene del riñón íntimo de Villaverde y colaboró activamente en este armado. Pero está obligado a remover y recortar, aunque sea parcialmente, ese tejido si quiere tener alguna chance de sobrevivir, más cuando es una minoría en el Concejo Deliberante y apenas subió con el 27 por ciento de los votos.


La nueva gestión, que pretende presentarse como sinónimo de una "renovación" y del afianzamiento de una "política nacional y popular", debutó con tarifazos y despidos.


En primer lugar, promovió el aumento de tarifas 30% en ABL, 40% en seguridad e higiene y 200% en publicidad y propaganda.


Los nacionales y populares buscan hacer tragar el tarifazo acompañándolo de un aumento de tasas, proporcionalmente mayor, para la patronal contaminadora del Parque Industrial de Burzaco. Pero el impacto real sobre estas empresas es incierto, ya que no existe ningún tipo de control popular sobre los libros de los capitalistas.


El presupuesto 2008, si bien ronda los 140 millones de pesos, no plantea aumentos en los rubros fundamentales. Eso sí, Giustozzi se aumentó el salario a 30 mil pesos.


En segundo lugar, despidió a sesenta empleados, con el argumento de que eran ñoquis de Villaverde. Los despedidos -en su mayoría mujeres- se movilizaron al Municipio días antes del 1º de enero; fueron golpeados por una patota que respondía al nuevo intendente con la asistencia de la Guardia de Infantería. El debut de la patota K para contrarrestar a la vieja patota duhaldista terminó en un escándalo.


El tiro le salió por la culata. Villaverde vapuleó públicamente a Giustozzi. El intendente, luego de rehusarse a atender al hombre de Duhalde, debió acceder a la reincorporación de los despedidos.


¿Como ponemos fin a la herencia?


Con la política de Giustozzi no hay ninguna posibilidad de combatir la "herencia" de la que habla. El nuevo intendente, víctima de sus contradicciones, está revelando tempranamente su incapacidad para atacar las fuentes en que se asienta el poder del aparato pejotista, que no son precisamente los 60 empleados, por más que sean ñoquis. El gobierno municipal se encargó de ponerle paños fríos a la situación y se limitó a un abrazo simbólico al Municipio que pasó prácticamente despercibido.


La "herencia" pone a la orden del día la necesidad de abrir los libros y cuentas del municipio, revisar todos los contratos y poner fin a los negociados, sobreprecios y prebendas y proceder al juicio político y penal de sus responsables. Es decir, terminar con el sistema corrupto y mafioso que constituye la base histórica de dominio de Villaverde.


Por sobre todas las cosas, la "herencia recibida" es un conjunto inmenso de reclamos populares insatisfechos, cuya solución no admite demoras. Nos referimos a la catastrófica situación las salas sanitarias municipales y a los miserables salarios que perciben sus trabajadores; la falta de obras de asfalto y urbanización; la depredación laboral y ambiental, empezando por el Parque Industrial.


Llamamos al pueblo de Almirante Brown a hacer frente a esta escalada intimidatoria con la movilización, acompañada de nuestra propia agenda: construcción, mejora y equipamiento de las salitas sanitarias; nombramiento de los médicos, enfermeras y personal necesario para garantizar la atención en todos los rubros; pase a planta permanente de todos los contratados y planes sociales; salario básico de 1.200 pesos para los municipales; comisiones de seguridad e higiene en las empresas y barrios para hacer frente a la contaminación.