La guerra de camarillas que de manera recurrente ha venido sacudiendo el escenario provincial desde que Alperovich asumió la Gobernación, reapareció con fuerza apenas culminó la Convención y se sancionó la nueva Constitución.

 

Como trasfondo de estas disputas, un fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo a favor de un amparo presentado por el Colegio de Abogados, ha paralizado la aplicación de 10 artículos reformados referidos al capítulo judicial. Con este fallo, el gobierno no puede designar o remover jueces.

 

La Corte, como adelantando el fallo que iba a emitir la Cámara, decidió abstenerse de concurrir a las distintas ceremonias de jura de la nueva Constitución. El presidente de la Corte señaló que le preocupaba particularmente la conformación del Tribunal Electoral con mayoría de miembros del Ejecutivo (lo que contraría disposiciones contempladas en pactos internacionales). Además, unas semanas antes, la Corte había hecho lugar a una denuncia para investigar si Alperovich había cometido delitos que cuestionaran todo el proceso eleccionario de los convencionales constituyentes.

 

Aunque Alperovich y Juri declaran que se mantienen unidos, Alperovich ha formado, de hecho, un bloque propio en la Legislatura cooptando a varios legisladores que hasta hace poco decían ser juristas. Por otro lado, sumó al gabinete a uno de los dirigentes de Participación Cívica, partido que ya lanzó la candidatura de Alperovich, excluyendo a Juri de la fórmula. En los concejos municipales, los adictos a Alperovich relegan de los cargos a los que responden a Juri.

 

Los juristas, por su lado, promueven la candidatura de Juri a gobernador. En la Legislatura, Juri dispuso el despido de 180 empleados que respondían a legisladores que se han alineado con Alperovich. Hasta un hecho deportivo puso de relieve la disputa en curso: 15 mil hinchas de San Martín no se ahorraron de insultar a Alperovich (hincha de Atlético) en la Plaza Independencia. Como represalia, Alperovich se negó a recibir al equipo de San Martín, ceremonia que se hizo en la Legislatura, con Juri. Con el equipo de San Martín se hizo presente el directivo “Chancha” Ale, el dueño de la principal remisería, enfrentado al gobierno. Por otro lado, según El Periódico, detrás de Juri se estaría debatiendo la conformación de un frente que incluiría a diversas fuerzas de centroderecha, la UCR y el PJ, en contacto con Lavagna. Significativamente, varios grupos empresariales en el último tiempo han ensalzado a Juri.

 

Aún no está claro si estas disputas preanuncian una ruptura o si se trata de un juego de presiones para negociar en mejores condiciones, con vistas del proceso electoral de 2007. En cualquier caso es una expresión de descomposición política y de enorme crisis en el PJ.

 

Los cuestionamientos y fallos judiciales afectan la autoridad de Alperovich y desacreditan la reciente Constitución. Los anuncios de aumentos de tarifas, impuestos y cuotas de los colegios privados, ponen en ridículo, a su vez, a los que sostenían que la nueva Constitución contemplaba, entre otras cosas, los derechos de los usuarios. Pero, por sobre todas las cosas, estas disputas de camarillas importan porque una ruptura pondría en cuestión la propia estabilidad del gobierno.