Políticas

1/11/2019

Altamira, elogios a Emerenciano Sena y ataques a la izquierda

Emerenciano Sena y Jorge Altamira

Altamira concurrió al Chaco a un ciclo de dos charlas organizado por la Librería La Paz y la organización de Emerenciano Sena (Movimiento Emerenciano). La primera charla se desarrolló en el Barrio Emerenciano (todo lo que este hombre dirige lleva su nombre). El mismo día de la charla de Altamira en la librería, Sena recibía al gobernador electo Jorge Capitanich en su barrio bajo una lluvia de elogios.

¿Quién es Emerenciano Sena? Es un viejo dirigente proveniente del movimiento piquetero, que se transformó en un sostén permanente del peronismo en el Chaco, bajo Jorge Capitanich y bajo Domingo Peppo.

El único “plan de lucha” que se le conoció en su etapa de puntero del Estado fue una movilización por la liberación de Jacinto Sampayo, secretario general del sindicato municipal acusado por participar de los curros de Aída Ayala en el municipio, diputada de Cambiemos y exintendenta de Resistencia, acusada de lavar dinero.

Emerenciano no participó ni siquiera en la movilización de denuncia del asesinato del dirigente social Ángel Verón, tampoco de la que repudió la represión de Juan Carlos Bacileff Ivanoff  a lo largo de 15 cuadras con balas de plomo en 2014. Construyó un barrio en base al trabajo precarizado de sus compañeros, que deben realizar jornadas agobiantes en la construcción por “becas” de 5.000 pesos.

Tiene una Escuela de Gestión Social que presenta como un ejemplo, porque allí no se permite hacer huelgas. Enfrentó la huelga docente denunciando que a los docentes “les interesa su salario y no la educación”. Es el exponente central de los “piqueteros” en “4×4” en la provincia del Chaco.

Es un enemigo declarado de la izquierda y del Partido Obrero en la provincia, aunque de vez en cuando reivindique a Aurelio Díaz que fue, hace 30 años, su mentor político en otra organización. Como broche de oro, es un militante activo contra el aborto legal, tema en torno al cual Altamira no dijo nada. Solamente un desprecio muy hondo por los reclamos de la mujer explica compartir alegremente una actividad y prodigar elogios a un enemigo jurado del aborto legal con rasgos fascistizantes de aparato para estatal contra las mujeres. Junto a su participación en el ataque al Encuentro Nacional de Mujeres del Chaco de 2017, el impulso a las campañas de médicos contra la interrupción legal del embarazo o el impulso a los ataques misóginos contra el movimiento de mujeres, da la pauta de la acción de una organización de choque contra las mujeres que luchan por sus reclamos.

¿Por qué Emerenciano llevó a Altamira a su barrio? Este puntero militó durante todo el último período por la consigna “Fuera Macri”, obviamente enrolado en el peronismo. Esta convergencia política vale también para el dueño de la Librería La Paz, que patrocinó toda la visita de Altamira, y que reivindica sus posiciones en el debate interno del Partido Obrero para, a renglón seguido, hacer campaña por Alberto Fernández.

 

¿Qué dijo Altamira?

Durante su exposición en el barrio “Emerenciano” y junto a este elemento paraestatal y enemigo de todas las causas populares, Altamira se despachó con una batería de ataques contra la izquierda. En este caso, el contexto importa y mucho, porque una cosa es hacer una crítica para que la discuta la militancia de la izquierda y otra es atacar a la izquierda para reforzar la hostilidad al FIT de un auditorio que ya es hostil.

Arrancó denunciando que la izquierda “lo censura”, luego atribuyó el retroceso electoral a la campaña “parlamentarista” (sin ningún fundamento) del FIT Unidad, enseguida denunció el voto a la Ley de emergencia alimentaria de Romina Del Plá y Nicolás del Caño.

Junto a una organización que defiende al kirchnerismo, nuevamente, no emitió palabra sobre CFK durante todo el debate. La frutilla del postre vino cuando sostuvo que estaba “emocionado por la labor política y educacional del barrio Emerenciano”. ¡Un elogio del trabajo en negro de los docentes y del adoctrinamiento paraestatal! A esto, Emerenciano respondió atribuyendo sus éxitos a la “disciplina” de su organización. Una disciplina impuesta en base a extorsiones y amenazas por la dependencia de los compañeros de los beneficios que maneja la organización. Esta consideración no motivó ninguna respuesta de Altamira. El hecho de que haya criticado en su exposición la estatización de las organizaciones sociales agrava el cuadro, porque el “emocionante” trabajo político y pedagógico de Emerenciano es hijo y está atravesado por completo por esta estatización.

La concurrencia de Altamira a esta actividad  generó críticas incluso en algunos compañeros vinculados a su grupo. Estas críticas son justas, pero hay que ir al hueso, porque no se puede desconocer que la naturaleza de las posiciones políticas del grupo de Altamira son un caldo de cultivo para una actividad de este tipo. Altamira conoce de memoria la trayectoria política de Sena. No se trata de un despiste circunstancial: militar durante toda la etapa en contra de cualquier tipo de delimitación con el kirchnerismo lleva a una convergencia con sectores pejotistas. Militar durante toda la campaña electoral sobre la base de una posición faccional contra el FIT lleva a una convergencia con los enemigos de la izquierda.

En todo caso, la descomposición política de Altamira y su grupo ha pegado un salto, porque objetivamente la charla y el contenido de la exposición fue una colaboración con agentes del Estado burgués contra la izquierda. Altamira fue a reforzar a un grupo que milita contra el aborto legal, contra las huelgas docentes y en defensa de la precarización laboral. Llamamos a la militancia a romper con esta política.