No hay pasillo, oficina o rincón de Radio Nacional donde no se refleje la lucha y el repudio de los trabajadores hacia las suspensiones dispuestas por la empresa contra los compañeros que encabezaron el paro del 25 de junio.

Desde el jueves 16, los compañeros concurren a trabajar con cintas negras en señal de luto por la “muerte del derecho de huelga”, pero también como señal de solidaridad con los 18 compañeros que tienen impedido el ingreso a sus lugares de trabajo.

La radio está llena de carteles. Son pronunciamientos de apoyo de sindicatos, comisiones internas del gremio de prensa, personalidades y organismos de derechos humanos y comunicados que aluden a la lucha por el reingreso de los compañeros y el reconocimiento de Atrana, el nuevo sindicato de los trabajadores de Radio Nacional. La pegatina la garantizan los compañeros que están adentro, sorteando el clima de intimidación y miedo que quieren imponer las autoridades.

También comenzó a circular un petitorio, que exige que la patronal acate la conciliación obligatoria, permita el ingreso de los compañeros y respete el derecho de huelga. Con una radio semivacía por las vacaciones invernales, las licencias y el ausentismo por la gripe A, en pocas horas se juntaron casi 100 firmas. Se trata de otro gesto de solidaridad y valentía de los trabajadores, frente a una patronal que mostró su peor cara descargando sobre los compañeros que fueron al paro el máximo castigo que permite la ley.

A nadie se le escapa que, como en el subte, la patronal prefiere a las viejas y corruptas burocracias que permiten todo tipo de atropellos contra los compañeros, antes que a una organización basada en la democracia sindical, independiente y que defiende consecuentemente los derechos de los trabajadores.

Fuera de la ley

La semana pasada se fijaron dos audiencias en el marco de la conciliación obligatoria que la empresa se niega a acatar. En la primera, las autoridades de la Radio no se presentaron con el argumento de que “desconocían los motivos de la audiencia”.

Esta provocación mostró que la dirección de Radio Nacional carece de argumentos para defender la brutal medida que tomó cuando suspendió a 18 trabajadores como represalia por ejercer el derecho de huelga.

En la segunda sí concurrió, pero cambió el discurso: arguyó que no había sido debidamente notificada de los fundamentos de la conciliación, por lo que se dio por notificada in situ y pidió 48 horas para contestar por escrito los fundamentos de la medida dispuesta por la cartera laboral ante el reclamo de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren).

Mientras la patronal quiere ganar tiempo, los compañeros siguen con la lucha por el reingreso y crece la campañada de solidaridad.

Pronunciamientos y adhesiones a [email protected]

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