Políticas

2/7/2021

entrevista

Ángel Barraco: “¡Sí a la integración de listas unitarias y al Congreso del FIT-U!”

Licenciado en Psicología, corredactor de la ley 448 de salud mental (CABA) y de la ley 153 básica de salud (CABA).

PO: ¿Cómo ves la situación que atraviesa el país?

AB: Indudablemente a la degradación de la vida social, económica, política, cultural y medioambiental de los últimos años, por responsabilidad de los gobiernos macristas y kirchneristas, debemos agregar que con el advenimiento de la pandemia por el Covid-19, se sumaron factores que agravan la situación de la mayoría de la población. Superar el 50 % de los niveles de pobreza (reconocido por los mismos organismos gubernamentales) ha sumido a millones de personas a un estado de desesperación y afectación de los niveles más elementales de vida y subsistencia. La alternancia de dichos gobiernos ha privilegiado los intereses de minorías que representan grupos de poder empresariales (financieros e industriales), tanto nacionales como internacionales, por sobre los intereses de las mayorías. Asistimos, me parece, a una configuración o expresión neocapitalista y neocolonialista, producto del enlace del capital más el dominio del ilimitado desarrollo tecnológico. El brutal endeudamiento externo oficia también como el condicionante histórico en la producción, reparto y control de la riqueza, impidiendo la genuina distribución entre las trabajadoras y los trabajadores. Hoy el gran capital, en nuestro país, regula y somete, mediante la combinación de la desocupación y la inflación.

PO: ¿Qué rol puede jugar el FIT-U en ese cuadro?

AB: Es un momento clave para el surgimiento a gran escala de un actor político que rompa con la trampa establecida y jugada por las dos fuerzas políticas que vienen alternándose en el gobierno. La denominada “grieta” es un modo perverso de dominar a las mayorías sociales, mediante una artificial y sutil confrontación. Esta tramposa representación de la “política”, como sabemos, es alentada por los grandes medios de comunicación y los operadores políticos oficialistas y opositores de la derecha, que en realidad ocultan la subordinación a los mismos objetivos e intereses de esa conjunción denominada como el “gran capital”, o sea, quienes concentran cada vez más el poder económico-financiero sometiendo al sistema político y gubernamental “democrático”, para sus exclusivos beneficios.

Ante este breve panorama, el FIT-U tiene una oportunidad histórica, que se presenta ante el hastío y repudio de una inmensa masa que sufre y ha tomado conciencia de la tramposa alternancia. En los últimos años, el FIT-U y en particular el Partido Obrero han tenido una evidente presencia y acompañamiento en la mayoría de los conflictos gremiales que se han generado en todo nuestro país. También, mediante sus representaciones legislativas y la militancia activa han dado lucha a la gravísima situación que afecta a la salud, la educación, la vivienda y la falta de justicia en todos los territorios representados. Esto no es un dato menor, por cuanto impulsa en el imaginario social de los sectores afectados, observar un acompañamiento y una genuina preocupación por tanto desgarramiento de la trama social. Considero que este observar o identificar va dando cuenta de un detalle que diferencia al FIT-U respecto de los “combos” políticos dominantes y es que el fundamento de la acción política no son las personas y sus “atributos”, sino un verdadero programa, que establece muy claramente y progresivamente cómo se enfrenta la situación y dominación histórica, desde una concentración política de izquierda, netamente “anticapitalista”. Con un mensaje claro y distintivo, lograr la adhesión de mayores sectores de la población puede convertirse en un avance firme y sostenido. Estamos frente a esa oportunidad.

PO: ¿Qué te parece la propuesta de listas unitarias y un Congreso del FIT-U?

AB: En primer lugar, me urge analizar el porqué de la propuesta de listas unitarias y un Congreso del FIT-U. Siempre fue un anhelo histórico la unidad de todas las izquierdas y sabemos, por experiencia, lo complejo y dificultoso de dicho desafío. Hoy, frente a la emergencia de una nueva convocatoria a elecciones, si bien de las llamadas primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, conocidas como las Paso, en mi pensamiento y reflexión surge el interrogante de un factor primordial en la acción política, que es el factor tiempo. Estoy al tanto que desde otras fuerzas que integran el Frente se vienen agitando ahora banderas legítimas sobre la unidad, cuestión que históricamente acordamos. El tema es que me surgen dudas sobre por qué precipitar una unidad, desde el método de dirimir mediante elecciones, en lugar de hacerlo mediante el diálogo y el debate abierto y plural que habilite tan deseada unidad, tal como lo postula el PO convocando a un congreso. Si el fondo de la cuestión es la mentada unidad, no es mediante un medio (las PASO) como se debería definir dicha unidad, en tanto un fin. Si lo que se busca es dirimir candidaturas es otra cosa. No imagino arribar a una unidad del espacio, mediante elecciones que representan nombres y no ideas y programas, que deberían ser lo fundamental en la consagración de una unidad. Intuyo que se confunden (o se intenta confundir) ambas acciones en tiempo y espacio. Lo lógico sería debatir la unidad en tiempos que no incidan o marquen límites lo eleccionario, además de notar que confrontar entre las diferentes fuerzas en unas PasoSO, lo que se lograría indiscutiblemente es que en aras de las diferencias, se destituyan las coincidencias y se corra el riesgo de abortar el frente que tanto esfuerzo demandó y demanda su existencia. También evalúo qué impronta generará a sectores sociales que buscan una alternativa ser testigos de una pelea electoral que dejará inevitables consecuencias, exponiéndonos a una crítica frente a la incapacidad en gestar una unidad mediante el debate y el acuerdo. Volviendo al factor determinante que es el tiempo, en tanto no hay posibilidades de un congreso previo a las elecciones, por ello, acuerdo que se habilite la confección de una lista de unidad tal como se viene haciendo, sin que esto inhiba el diálogo con otras representaciones para su integración. Luego y una vez consumada las Paso, dar lugar a la concreción del Congreso, para que sin condicionantes se avance en la unidad que las trabajadoras y trabajadores anhelan y necesitan como herramienta revolucionaria.

PO: ¿Cómo podría ayudar esta propuesta entre los luchadores en defensa de la salud mental, por ejemplo contra el cierre de las concurrencias que dispuso Larreta?

AB: Bueno, necesitaría mucho espacio para responder. Lo intentaré. Lo que ocurre en el campo de la salud mental, no escapa a la lógica mercantilista que atraviesa a la salud y la educación públicas en general, aunque tiene sus particularidades. La salud mental a grandes rasgos no figura en la agenda política gubernamental, tanto en lo nacional como en lo provincial y municipal, fundamentalmente porque justamente expone al Estado, como responsable que no atiende o decididamente mal atiende a quienes atraviesan un padecimiento mental, agravado su estado por su condición social. Es la reconocida expresión “están internados más por pobres que por locos…”. Tal es el caso de los hospitales neuropsiquiátricos y colonias de origen centenarios y obsoletos, que aún persisten siendo sin dudas verdaderos “manicomios”, mal les pese esta denominación a la corporación médico-psiquiátrica que los defiende, obviamente por sus definidos intereses “científicos” y mercantilistas. Es que detrás de este accionar, se encubren los negocios de las clínicas psiquiátricas privadas y el poderoso sostén que brinda la más expandida industria del mundo capitalista, la industria farmacéutica. Por ello, se oponen férreamente a la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 (que no es una “ley kirchnerista”) y dado su poder de integrar los gobiernos con sus representantes-funcionarios, inhiben cualquier avance mediante este anudamiento corporativo-gubernamental. Al avasallamiento a los derechos humanos de las personas internadas en estas instituciones, debemos también agregar el disciplinamiento y sometimiento que sufren quienes trabajan en las instituciones. Bregar por el cumplimiento de la ley es un punto de partida, que propongo debatir en el seno del Partido Obrero y del FIT-U.

Un punto a considerar sobre la salud mental y en relación a la pandemia es que han sido soslayados o negados los efectos que sobre la salud mental de la población se genera a partir de esta nueva realidad, con sus efectos y síntomas asociados al aislamiento, a las pérdidas y el futuro incierto. Se está ocultando los efectos de este proceso que se manifiesta con padecimientos como la depresión, angustia, ansiedades, adicciones y otras manifestaciones. El gobierno desde un principio ha considerado a los efectos del virus como exclusivamente orgánicos. No hay política de salud mental pública y privada, que brinde atención desde una perspectiva sanitaria y epidemiológica consecuente con la situación que se atraviesa.

Frente al achicamiento del sistema público de atención, para beneficiar a los intereses del sector privado, uno de los más dañados es el de la salud mental, área en la cual se expresa un aceitado mecanismo de precarización laboral en todo el país. Justamente en estos momentos se atraviesa un grave conflicto en la Ciudad de Buenos Aires, con el intento por parte del gobierno de Rodriguez Larreta (y las complicidades gremiales y profesionales) de disolver un esquema histórico de formación profesional que son las concurrencias, que, además de sufrir la falta de reconocimiento salarial, son parte necesaria en el sistema de atención. Aquí también se enmascara otro de los avances privatistas sobre la salud mental, que es la intención de direccionar la formación profesional de grado en las instituciones públicas hacia las “especialidades” brindadas por la universidades públicas y privadas, obviamente mediante la oferta de posgrados arancelados. Por ello, y tal como acompaña el Partido Obrero y el FIT-U, a esta lucha, la consigna es por el mantenimiento y ampliación de las concurrencias, reconocimiento salarial (al igual que las residencias), ART, obra social y seguros de mala praxis por cuenta del gobierno de la ciudad.

Esta lucha es representativa de otras, como lo es la inclusión de la profesión de enfermería en la Carrera Profesional de Salud. Desde esta perspectiva de lucha y compromiso, el FIT-U se le presenta una oportunidad histórica para ampliar sus bases y alcances, en base a un programa que se va nutriendo de las experiencias de lucha, de sus aportes militantes e intelectuales en las diversas áreas de gobierno.

¡Sí a la lucha de las trabajadoras y trabajadores! ¡Sí a la integración de listas unitarias y el Congreso del FIT-U! ¡Sí a la unidad de las izquierdas en un frente revolucionario!