Políticas

27/2/2020|1582

Aníbal Fernández debuta con 419 despidos en Río Turbio

Cuando todavía están frescos los recuerdos de los despidos y el vaciamiento de la gestión del macrismo en YCRT (Yacimientos Carboníferos de Río Turbio) durante 2018, ahora el turno de despedir es de la gestión de Alberto Fernández.  


Son ahora 419 despidos que realiza Aníbal Fernández, de trabajadores designados en el último período de la gestión anterior de Omar Zeidán. Lo grave es que los despidos cuentan con el visto bueno de las conducciones gremiales de ATE y la Intersindical. 


Como todas las recetas de ajuste implementadas por diferentes gobiernos (PJ, Cambiemos), la variable siempre es la misma: los trabajadores. ATE se niega a afiliar y defender a estos despedidos con la excusa de que no estarían en regla sus ingresos. Ante el Juzgado Federal hubo una presentación legal de Olga Reinoso como secretaria general de ATE provincial en noviembre pasado, donde reclamaba la anulación de estas contrataciones. El planteo no prosperó en la justicia, pero se viabiliza ahora a través de la resolución de Aníbal. 


La supuesta denuncia de las irregularidades es un argumento patronal al que arriba ATE por sus compromisos políticos con la nueva gestión, que van hundiendo a la conducción provincial del sindicato en una deriva antiobrera. En última instancia, los casos de "ñoquis" o funcionarios acomodados deberían ser analizados por una comisión electa en asamblea, con los trabajadores adentro y no despedidos.

Existe una crisis laboral inmensa en Río Turbio, que llevó a centenares de jóvenes sin trabajo a reclamar a fines de año que también se los incorpore. El gobierno intenta crear un  choque entre esos desocupados que pugnan por ingresar y los despedidos.


Estos últimos están en pie de lucha: hay vigilias y presencia en la administración, tanto en Turbio como en Río Gallegos. Al mismo tiempo, sigue el paro en mina por la seguridad (que lleva ya varios meses). El jueves 27 serían recibidos por Aníbal Fernández representantes directos de los despedidos. Una asamblea de ATE está prevista para ese mismo jueves. 


La crisis de la cuenca carbonífera ha comenzado a estallar: es necesario más que nunca un nuevo congreso del carbón y una asamblea comunitaria para unir a los trabajadores como clase, con independencia política del gobierno actual y del anterior. La reactivación general del yacimiento nos puede contener a todos; la carboeléctrica estatal bajo control de los trabajadores es la salida.